J.J. Benítez: "María fue uno de los más importantes obstáculos en la vida pública de Jesucristo"

  • J.J. Benítez dice sentirse "aliviado" después de haber concluido su famosa serie 'Caballo de Troya'.
  • 'Caná', editado por Planeta, es el título de este noveno y último volumen que pone fin a casi 30 años de trabajo.
  • "Jesús es fantástico, increíble, te da vida y esperanza, da igual si crees o no", confiesa el escritor navarro.
  • Asegura que aún tiene más información de Jesús y que quiere publicarla.
J. J. Benítez presenta estos días 'Caná', la obra que cierra 'Caballo de Troya'.
J. J. Benítez presenta estos días 'Caná', la obra que cierra 'Caballo de Troya'.
EUROPA PRESS
J. J. Benítez presenta estos días 'Caná', la obra que cierra 'Caballo de Troya'.

J.J. Benítez dice sentirse "aliviado" después de haber concluido su famosa serie Caballo de Troya. Caná, editado por Planeta, es el título de este noveno y último volumen que pone fin a casi 30 años de trabajo, una veintena de viajes a Israel, Egipto, Jordania, Líbano y Estados Unidos y 5.000 páginas. La conclusión : "Jesús me ha supuesto un giro de 180 grados, es fantástico, increíble, te da vida y esperanza, da igual si crees o no", confiesa el escritor navarro.

"Ahora mi perspectiva es muy esperanzadora, con mucha seguridad, con un Jesús de Nazaret muy distinto del que me habían contado. Ahora no actúo en la vida como antes, si puedo, sino de forma más equilibrada", confesaba esta semana en una entrevista con Europa Press.

Benítez no considera estos libros una novela: "A estas alturas ya me da igual, si la gente piensa que es ficción pues estupendo, no discuto", señala. Sin embargo, como es sabido, la serie surgió a raíz de una documentación que un militar de las fuerzas aéreas norteamericanas entregó al autor en los años 80. Cuando se le pregunta qué hará con todos esos datos Benítez dice haber pensado dejarlos ante notario. "Cuando muera, si a alguien le interesa que los mire, aunque tampoco aportarán más de lo que ya se sabe", dice.

Una ruptura familiar

Caná, al que el autor ha dedicado dos años de investigación y escritura, aborda una parte de la vida de predicación de Jesús que no está en los otros libros y avanza en su vida pública. Según J.J. Benítez "cuenta cosas de forma diferente a los Evangelios canónicos. Te encuentras con un Jesús divertido, con unos prodigios espectaculares, mucho más interesantes de lo que se conoce, y desvela la separación familiar terrible que vivió y lo que provoca esto", adelanta.

A este respecto, el autor entra de lleno en el papel de María, de quien señala que fue "uno de los primeros y más importantes obstáculos en la vida pública de Jesús porque creía que era el libertador político, el líder que encabezaría los ejércitos de liberación contra Roma y el rompedor de dientes".

"Ese planteamiento choca con Jesús y por eso se produjo una ruptura, un distanciamiento. Cuando Él muere, María empieza a darse cuenta de que metió la pata. Fue una mujer extraordinaria pero equivocada, desde mi punto de vista", explica.

Perspectiva diferente

J.J Benítez confiesa que, después de todos estos años de trabajo, Jesús ha acabado por convencerle. "Es un Jesús muy cercano, muy humano. Te lo presentan como distante y fiscal y parece que ha concentrado todo el poder en una Iglesia. Eso es falso. Desde mi punto de vista, no fundó ni tenía intención de fundar ninguna iglesia, eso es un invento posterior", indica.

Para él, los apóstoles también son diferentes. "No entendieron nada, incluso cuando muere Jesús siguieron sin entender. Y algo que no dicen los Evangelios es que cuatro de ellos (Bartolomé, Felipe, Simón el Celota y Tomás) decidieron separarse debido a que Pedro y los demás habían planteado la necesidad de establecer una jerarquía", dice.

Benítez asegura que su intención "no es ir en contra de la Iglesia ni de nadie" sino "comunicar el personaje, la historia que yo creo que puede ser verdad y que posiblemente ocurrió así". "Simplemente cuento una versión, si eso llega al corazón del lector pues muy bien. Tener una perspectiva diferente de las cosas no hace daño salvo que seas un fanático", aclara.

Los numerosos viajes que ha realizado para elaborar esta serie le han enriquecido personalmente más allá de que le han servido "para comprobar". "La famosa cueva de Jordania fue para mí un descubrimiento. Jesús estuvo allí 40 días de retiro. Es un sitio donde nunca ha ido nadie; yo tenía las pistas para llegar, confirmé que era el lugar y al entrar sentí una gran emoción. En los viajes, se han producido cosas que me han afectado en lo íntimo y personal y he ratificado lo que yo ya sabía. Por eso no es una novela aunque pueda parecerlo".

"No es un libro religioso"

Veinte millones de lectores en todo el mundo dan una idea de la magnitud que ha tenido la colección Caballo de Troya. "No me lo creo. Hay un punto de vanidad en todo ser humano y esto me hacer sentir bien, aunque no es lo más importante. Lo principal es que alguien te diga que le ha cambiado la vida", explica añadiendo que él no es más que el mensajero, "alguien a quien le han dado un paquete para que lo lleve a tal sitio", señala.

Asimismo, Benítez aclara que éste "no es un libro religioso, al contrario, se carga las religiones porque busca la verdad sobre Jesús, intentando dibujarle como posiblemente fue". "Me parece más creíble que fuese un tipo con alto sentido del humor, un señor que no quería hacer un circo sino que trató de llegar al corazón de la gente por la palabra. Es el tipo más generoso que he podido encontrar en la historia y no se enfada nunca, eso me sorprende", afirma.

En estos momentos, el autor considera que la reflexión es "básica siempre, en cualquier lugar y a cualquier edad, y es lo único que vale". "La gente te dice cosas pero tú tienes que filtrarlo todo y lo que vale es lo que dice tu corazón, la intuición. Pero la mayor parte de la gente no piensa, se deja llevar por la dinámica diaria", lamenta.

A partir de ahora, su intención es sacar la información que aún tiene de Jesús. "No me moriré con esa historia metida en el bolsillo", asegura. También pretende dedicar más tiempo a la narrativa.

Sin embargo, J.J. Benítez confiesa que la perspectiva le ha llevado "a ver la vida sin tanta premura, dejando que vengan las cosas por sí mismas", sin agobiarse. "Incluso si llega la hora de dejar de trabajar, estupendo, me dedicaré a leer, viajar, pasear... quiero y necesito pensar en la muerte. Necesitamos estar preparados para afrontar la muerte que nos va a llegar. Y no sé si estoy preparado. A los 65 años ya lo pienso. Y en eso ando", concluye.

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