Polanski, sus luces y sombras según tres de los críticos de cine más reputados de España

  • ¿Director genial o monstruoso violador? Tres de los mejores periodistas de cine de España opinan sobre el cineasta, el personaje y la perssona de Polanski.
  • El director acaba de estrenar su última película, 'Un dios salvaje'.
Roman Polanski y su primera mujer, Sharon Tate.
Roman Polanski y su primera mujer, Sharon Tate.
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Roman Polanski y su primera mujer, Sharon Tate.

Los cinéfilos están de enhorabuena: el viernes llega a España Un dios salvaje, lo último de Roman Polanski. Sin embargo, un nubarrón vuelve a ensombrecer a un gran cineasta: desde 2009, cuando fue detenido en Suiza por una violación en EE UU, sus méritos artísticos han chocado con sus pecados pasados. ¿Genio del cine o violador y villano?

El director

Entre los grandes. Un Oscar (por El pianista) y galardones en Berlín, Cannes o Venecia no resumen más de 50 años de carrera y 19 largometrajes. Luis Martínez, crítico de El Mundo, lo tiene claro: "No descubro nada si digo que es uno de los grandes. Su obra es fundamental: Repulsión o Callejón sin salida son particulares, turbias, enormes. Chinatown es clave para entender el nuevo Hollywood. La semilla del diablo es una obra fundamental del terror moderno. Y sus películas de autor son tan personales... Su talento es indiscutible". Gregorio Belinchón, especialista de cine de El País, lo define como "un enorme creador", y algo más: "Es uno de los pocos grandes que ha envejecido en buena forma. Pese a alguna mala película, su talento no ha languidecido".

El personaje

Una vida de película. No hay duda: tras la cámara (y, como en El baile de los vampiros o El quimérico inquilino, como actor) es un genio. Pero al recorrer su biografía entramos en un paisaje farragoso y doliente: nacido en París en 1933, de niño huyó con su familia a Polonia para huir del horror nazi, pero su madre murió en un campo de concentración (don-de su padre pasó también dos años). Ya siendo un cineasta famoso, en 1969 vio cómo su esposa, Sharon Tate, era asesinada por la banda de Charles Manson cuando estaba a punto de darle su primer hijo. Como explica Jordi Costa, crítico de El País y Fotogramas: "Polanski ha sido muchas personas a la vez: el niño que pierde a su familia, el playboy al que arrebatan brutalmente a su esposa y a su hijo, el tipo que después abusa de una niña, el anciano que ve cómo su apacible existencia salta por los aires por una persecución judicial...". ¿Se refleja todo eso en su cine? Para Costa, "tanto dolor, persecuciones y acontecimientos extraños le han convertido en un superviviente nato, y la presencia constante en su obra de personajes atrapados en sus propias tragedias refleja una sensibilidad personal. Eso sí: es un superviviente, pero no un héroe, sino alguien que ha pagado un alto precio por poder vivir". Para Belinchón, "tantas privaciones, torturas y perversión darían para una magnífica película sobre su vida, porque Polanski está presente en momentos clave del siglo: la Cracovia arrasada por los nazis, el sueño de libertades en la Polonia comunista, los hippies y el amor libre en EE UU y, encima, sufrir en primera persona la maldad de Charles Manson, el más icónico asesino en serie".

El escándalo

A juicio. Luego, por supuesto, está el Polanski perverso. El que abusó de una niña de 13 años en 1977, delito por el que escapó de EE UU y por el que fue detenido en Suiza durante año y medio. Para Martínez, "es difícil emitir un juicio al respecto. Lo que hizo estuvo mal y, si el delito no ha prescrito, debería ser juzgado, por muy famoso que sea. Lo que no sé es si está tan justificada la inquina, el circo mediático que siempre rodeó al asunto. Él ha dado muestras de arrepentimiento, la víctima lo ha perdonado... Si la función de la cárcel es reinsertar, él, casado, con hijos y haciendo cine, está más que reinsertado". Para Belinchón, perdonarlo es una cuestión personal: "Está claro que la pederastia es horrible", afirma, "así que hay dos opciones: si la Justicia debe ser punitiva, exijamos que se lo encierre. Pero, si creemos que es rehabilitadora, él está rehabilitado". Costa, eso sí, cree que el asunto no ha de alejarnos de su cine: "Sería absurdo, porque el arte no tiene por qué saber de moral. Si los libros solo pudiesen ser obra de gente intachable, la literatura sería terriblemente aburrida".

La persona

Frente a frente. En persona, Polanski sorprende. Es muy bajo (apenas 1,60) y, de espaldas, cualquiera diría que es un chaval de andares chulescos y juveniles. Pero no: Polanski es un señor de casi 80 años, muy inteligente, con más conchas que un galápago y, dicen, poco amigo de las entrevistas. Ni Martínez, ni Belinchón ni quien esto escribe han podido dialogar nunca con él: Costa, en cambio, sí. "Fue por La muerte y la doncella", recuerda, "y me pareció un tipo tremendamente listo, pero no especialmente simpático. Una de esas personas que da respuestas cortantes y no le baila el agua al periodista, pero que sí dice cosas muy interesantes. La recuerdo como una entrevista muy buena, pero también llena de tensión".

'Un dios salvaje', un filme "gracioso"

En Un dios salvaje, Polanski adapta la homónima obra teatral de Yasmina Reza. Durante ochenta y pocos minutos, el espectador se encierra en un piso con dos parejas burguesas que tratan de aclarar una pelea entre sus respectivos hijos. Para Martínez "es bastante graciosa, entra muy bien y demuestra el buen pulso de Polanski". Según Costa, "no es un proyecto menor, sino una película complejísima, donde el director lo controla todo, pero donde, gracias a su talento, todo parece natural".

Un puñado de obras maestras

Estas son algunas de las obras imprescindibles de Roman Polanski. Y hay más.

  • El cuchillo en el agua (1962): Tensa, sensual, incómoda y en blanco y negro, fue su salto a la fama.
  • Repulsión (1965):Protagonizada por Catherine Deneuve, es un clásico del terror psicológico.
  • La semilla del diablo (1968): Sin sangre, sustos ni truculencias, da miedo. Magistral.
  • Chinatown (1974) : O cómo rodar en Hollywood un apasionante e incestuoso drama.
  • El quimérico inquilino (1976): Una joya grotesca sobre la paranoia y la inadaptación.
  • Lunas de hiel (1992): Inolvidable, salvaje y negrísima ¿comedia? sobre el deseo y el amor.
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