Ocupación para dar vida al Casco Viejo

Una treintena de jóvenes rehabilitan una vivienda en la plaza de Unamuno. Buscan crear un centro cultural para el barrio.
Los jóvenes llevan ocho días trabajando en la rehabilitación de la vivienda, de más de 200 m2.
Los jóvenes llevan ocho días trabajando en la rehabilitación de la vivienda, de más de 200 m2.
G.A.
Los jóvenes llevan ocho días trabajando en la rehabilitación de la vivienda, de más de 200 m2.
«Dinamizar un espacio para el uso de los vecinos del barrio». Eso es lo que ha hecho un grupo de una treintena de jóvenes, de entre 18 y 28 años, que han ocupado una casa abandonada en la calle Laskao de Bilbao, junto a la plaza Unamuno. La vivienda llevaba vacía unos diez años y ellos, en tan sólo una semana, la han limpiado, acondicionado y convertido en un Gaztetxe. Aunque «aún queda mucho por hacer», ya han comenzado a realizar diferentes actividades, como talleres de txalaparta, varias conferencias o un videofórum.

Su objetivo no es otro que el de crear un punto de encuentro para los vecinos del Casco Viejo. «También queremos dar a los más jóvenes una alternativa de ocio, para que no tengan que estar por ahí haciendo botellón», dice uno de ellos. Los mayores también tienen su espacio, y esta semana el cantante callejero Pascual acudirá al Gaztetxe a cantar.

Desde que entraron, el sábado pasado, no han parado de sacar bolsas de basura. Lijar techos y paredes, barrer, pintar o tapar agujeros son algunas de las tareas que se reparten. «Hemos encontrado de todo, hasta ratas y varias papelinas». Precisamente, uno de los pocos usos que ha tenido esta vivienda, en los años que lleva inutilizada, es como refugio de drogadictos.

Los vecinos del barrio han acogido de buen grado esta iniciativa, o al menos eso dicen las más de 600 firmas de apoyo que ya han recogido. Incluso los vecinos del mismo edificio se han tomado bien la ocupación. «La única condición que nos han puesto es que tengamos cuidado con las colillas, porque todo el edificio es de madera», cuentan. El ruido tampoco les preocupa, porque «saben que no vamos a hacer fiestas ni conciertos; no va a haber barra».

Lo único a lo que temen enfrentarse es al desalojo, porque, después de todo el trabajo realizado, «sería una pena que no sirviera para nada; aunque sólo por el apoyo recibido y las relaciones que hemos hecho, ha merecido la pena el esfuerzo».

‘Sartu eta parte hartu’

Una de las pancartas que cuelga de uno de los balcones de la vivienda ocupada reza Sartu eta parte hartu (Entra y toma parte), y anima a los jóvenes del barrio a unirse a esta iniciativa. «Aquí puede entrar cualquiera y echar una mano, contarnos qué es lo que cree que necesita el barrio o qué actividades considera que podríamos hacer», explican. No hay que pensar de ninguna forma para mirar por las necesidades del barrio desde un punto de vista «no institucional». «Es una zona de libre pensamiento ideológico», dicen.

Xabat Morán Estudiante, 20 años.

«Hemos limpiado, barrido, pintado... Estamos intentando hacer algo bueno para el barrio. Aquí puede venir cualquiera a ayudar o a proponer ideas para realizar nuevas actividades o participar en las que hay».

Haizea Artola Estudiante, 20 años.

«Yo vengo de Santutxu a ayudar en lo que pueda, porque creo que cada barrio de Bilbao necesita tener un local como éste. Si se produce el desalojo, yo estaré aquí para apoyar en lo que sea necesario».

Goizender Sáez Estudiante, 22 años.

«Aquí nos hemos juntado jóvenes diferentes, pero con las mismas inquietudes. No se puede tener una casa de más de 200 metros cuadrados vacía cuando el Gobierno te está ofreciendo pisos de 30 por una millonada».

Mostrar comentarios

Códigos Descuento