'Rosa', el corto de un autodidacta que cautiva a Hollywood

  • El corto, de Jesús Orellana, se estrena este viernes en Internet.
  • Optará al Goya a mejor cortometraje y podría llegar a Sundance.
  • Es el trabajo de una sola persona, autodidacta, a lo largo de un año.
El festival de Sundance se ha interesado en el corto.
El festival de Sundance se ha interesado en el corto.
El festival de Sundance se ha interesado en el corto.

Del estudio de casa a buscar agente en Hollywood. Este es el cambio que ha sufrido la vida de Jesús Orellana, catalán de 30 años que ha decidido estrenar Rosa el 11 del 11 del 11, un cortometraje de animación por ordenador y con el que se ha ganado la admiración de medio mundo. También se ha ganado un par de llamadas de productoras internacionales interesadas en su trabajo, un proyecto de ciencia-ficción de estética ciberpunk ambientado en un planeta Tierra deshabitado.

Empecemos por el principio. Orellana no es un cineasta salido de ninguna escuela de los circuitos habituales o un apasionado del séptimo arte hecho a sí mismo: se dedica (o se dedicaba) a la ilustración. Pero tampoco lo hace a la manera tradicional. Después de un año en la Escuela Joso, decidió emprender camino por cuenta propia para empezar a flirtear con otras artes, especialmente con el cine.

Así, después de un teaser para un concurso de falsos tráilers, decidió dar el salto por su cuenta y ponerse manos a la obra con un cortometraje. Siguiendo la premisa de aprender por sí solo, cambió la animación tradicional por la animación por ordenador: "Decidí animarlo por ordenador puesto que en ese momento estaba experimentando con distintos programas 3D y quise profundizar más en el tema. No me considero en absoluto un animador, simplemente hago cine".

El resultado es Rosa, una historia de cerca de nueve minutos protagonizada por un robot en un mundo postapocalíptico y de una factura visual bastante notable, sobre todo cuando se tiene en cuenta que ha sido el trabajo de una sola persona a lo largo de un año de trabajo.

"Más de la mitad de la producción fue aprender y cometer muchos errores. Al trabajar solo y no tener la más mínima idea del medio, improvisé sobre la marcha. Decidí crear el corto como si se tratara de imagen real: escribí un guión, hice un storyboard muy simple  y a partir de ahí fui creando planos".

El corto lleva medio año paseando por festivales de todo el mundo, desde que comenzara su andadura en el Festival Internacional de Seattle. Un festival al que Rosa estuvo a punto de no llegar a tiempo por un problema con Correos: "Estaban fatal con los envíos a Estados Unidos por, según ellos, motivos de seguridad, y me devolvieron la cinta con el corto tras varios días. Al final lo proyectaron en un archivo digital que subí a un ftp".

En festivales de medio mundo

Desde entonces, Toronto, Los Angeles y hasta el festival de Sitges, en el que se proyectó en la noche inaugural. "Sitges me importaba muchísimo porque voy desde hace diez años y me hacía una ilusión tremenda. Cuando salió la programación online me llevé la sorpresa de verlo en la gala inaugural. Tuve también la suerte de que este año el leit-motiv era la robótica. De todas maneras fue muy fuerte estar ahí rodeado de practicamente todos los productores catalanes y la ESCAC al completo cuando yo es virtualmente imposible que sea más "independiente" literalmente", bromea, al recordar la inauguración en el festival catalán.

La crítica, tanto nacional como internacional, también ha acompañado a Orellana regalándole bonitas palabras e incluso alguna comparación con clásicos como Matrix, del que se puede apreciar alguna influencia. En todo caso, que Rosa tenga un acabado más cercano al cine convencional no es casual. "Tiene un ritmo y un montaje radicalmente alejado de lo habitual. Es mucho más cercano al cine de imagen real: son 385 planos en un corto de casi diez minutos, una relación inusualmente alta en películas animadas", explica Orellana.

En Sitges, además, Orellana tuvo varias reuniones de trabajo después de que algunas productoras estadounidenses (de las que prefiere no dar nombres, "por si acaso") se hubieran interesado por Rosa para hacer una versión en imagen real en la que el mismo Orellana ya trabaja. "Respecto al futuro, nada de cortos. Voy a por el largo de cabeza. Esta semana he firmado con un manager en Hollywood y ya lo estamos empezando a mover por estudios, lo siguiente será contratar un agente. Hay para elegir, todas las agencias grandes han mostrado interés".

Con el estreno mundial, Orellana completa el círculo iniciado hace un año y que le ha llevado a ser un nombre a tener en cuenta en los circuitos cinéfilos aunque aún le falta la poner un cierre de campanillas que podría llegar en Sundance (festival que se ha interesado en el corto) e incluso en la próxima gala de los Goya, en la que competirá por hacerse con el premio al mejor cortometraje del año.

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