Ryan Murphy, el famoso creador de las series Glee y Nip/Tuck, a golpe de bisturí, se ha lanzado a una nueva y terrorífica aventura televisiva. La serie American Horror Story se adentra en un género clásico, el miedo, con un cuento de 13 episodios en el que los creadores han apostado por dar un repaso a los elementos clásicos del género. El sexo y la ironía le dan a esta producción la siempre anhelada diferencia.

La serie, que llega a Fox y se emitirá todos los lunes, viene precedida por el gran éxito obtenido en Estados Unidos.

Definida por sus creadores como un thriller psicosexual, American Horror Story comienza cuando los Harmon deciden mudarse de Boston a Los Ángeles huyendo de un pasado marcado por la infelicidad y un aborto. Alquilan una bonita mansión y se trasladan allí sin tiempo para descubrir que la casa y el vecindario esconden bastantes secretos.

La serie cuenta con un excelente reparto, liderado por la magnífica Jessica Lange, que interpreta a Constance, la vecina entrometida y misteriosa de la familia protagonista. Junto a ella están Dylan McDermott (El abogado), en el papel de Ben Harmon, el marido y padre de la familia protagonista y un psiquiatra con ciertas tendencias a la infidelidad; Connie Britton, como su mujer Vivien; y Taissa Farmiga, como Violet, su hija adolescente. En un papel secundario, Frances Conroy, convertida en doncella; y completando el reparto, Zachary Quinto (Héroes), Denis O'Hare, Alexandra Breckenridge (True Blood) y el joven Evan Peters. Fox, 21.30 h.

La serie no solo se estrena en España, sino que esta semana llegará también al resto de canales de Fox fuera de Estados Unidos. Se trata de un debut simultáneo en más de 120 países, que se produce un mes después de su estreno en Norteamérica, donde ha logrado una audiencia media de 4,2 millones de espectadores en los cuatro capítulos emitidos. Fox ya ha confirmado que habrá segunda temporada, de 13 episodios.