Los líderes de los países industrializados y emergentes del G-20 presionarán este jueves a la Unión Europea durante la cumbre del G-20 que celebran en Cannes para que dé una solución definitiva a la crisis de deuda por considerar que se trata de la mayor amenaza a la estabilidad financiera mundial y que puede provocar la recaída en la recesión.

La de Cannes es la sexta cumbre del G-20 tras el agravamiento de la crisis financiera a finales de 2008 y la última a la que asiste el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Zapatero ha logrado que España entre y consolide su presencia en este foro de coordinación económica mundial.

El nuevo agravamiento de la crisis griega ensombrecerá el resto de los temas inicialmente previstos en la agenda del G-20, como la regulación financiera y de los mercados de derivados y materias primas, la definición de una lista de bancos sistémicos en todo el mundo, la lucha contra la corrupción o la creación de una tasa mundial a las transacciones financieras internacionales.

Tanto Estados Unidos como China han reclamado en las últimas horas a la UE que acelere la puesta en práctica del plan contra la crisis de deuda aprobado el 26 de octubre con el objetivo de frenar la inestabilidad en los mercados.

El centro de Cannes está vallado y el acceso ha quedado vedado a todo el que carece de acreditación, necesaria incluso para los propios habitantes. Se han repartido en total 29.000.

En una zona "gris" en torno al Palacio de Festivales, en la que se ubica el puerto antiguo y varios hoteles que alojan a algunas delegaciones, las restricciones de entrada son todavía mayores y excluyen igualmente a los periodistas. La cumbre propiamente dicha se inicia a mediodía cuando Nicolas Sarkozy recibirá a los jefes de las delegaciones en las escalinatas del Palacio de Festivales.

A partir de ahí empiezan las discusiones formales, primero sobre la situación económica y el plan de acción por el crecimiento y el empleo, luego sobre la reforma del sistema monetario internacional, el desarrollo y el comercio. El jefe de Estado francés comparecerá ante la prensa y presidirá después la cena, dedicada a la gobernanza mundial.

El viernes, el programa oficial prevé una sesión de trabajo sobre la regulación financiera, otra sobre la agricultura, la energía y el cambio climático y una tercera sobre la lucha contra la corrupción y la dimensión social de la globalización. Tras un almuerzo, el comunicado de la cumbre será dado a conocer por Sarkozy.

Luego le seguirán las comparecencias de otras delegaciones, en las que se deberían precisar, entre otras, las prioridades para la próxima presidencia del G-20 para 2012, la mexicana.

De forma paralela al encuentro de los jefes de Estado y/o Gobierno se han organizado a partir en la ciudad otra serie de "cumbres", una de las organizaciones patronales (B20), otra de las de trabajadores (L20) y una tercera de jóvenes empresarios (G20 YES).

Eso sin tener en cuenta el programa de acciones del movimiento antiglobalización, que se inició este martes con una manifestación de varios miles de personas en Niza (adonde se tuvo que desplazar la marcha por razones de seguridad). Tres españoles fueron detenidos y tendrán que pasar un mes encarcelados.

Las ONG antiglobalización han previsto otro punto fuerte de su movilización este jueves para concienciar de la necesidad de combatir contra los paraísos fiscales, y como localización han optado estratégicamente por hacerlo en Mónaco. El viernes tienen intención de presentar sus propias conclusiones en respuesta a las que deben formular ese día los líderes del G20.