Muchos visitan los cementerios este primero de noviembre para recordar a los que ya no están. Pero más allá de su función expresa un cementerio es un hecho arquitectónico de interés cultural. Tanto, que existe el turismo de cementerios, lo que se llama necroturismo.
Cada vez son más cementerios que abren las puertas al curioso y al turista y organizan para ello rutas específicas. En Madrid, coincidiendo con su bicentenario, la sacramental de San Isidro ofrece visitas guiadas durante todo el año para dar a conocer el patrimonio artístico, histórico y paisajístico que atesora.
Arquitectura y muertos famosos
El objetivo de la iniciativa, explica Marta Sanmamed, fundadora y directora de pervive.com, es apoyar al cementerio para difundir el valor de sus más excelsos hitos funerarios (de todos los estilos artísticos del siglo XIX y el primer tercio del siglo XX) y recaudar fondos para destinarlos a atajar los problemas de erosión que sufren algunos de ellos.
El camposanto está enclavado en una loma en la margen derecha del río Manzanares, a espaldas de la ermita de San Isidro, con excelentes vistas de la ciudad.
Entre las 49.000 personas que hay enterradas en el cementerio, la lista de personajes ilustres o singulares es larga. Así, entre sus muros yacen Cayetana, duquesa de Alba, inmortalizada por Goya, el torero Frascuelo, Enrique de Borbón y Borbón, la familia Dominguín-Bosé, Maura, Barbieri, Concha Piquer y la Argentinita.
De Fisterra a Montjuic
En Europa existe desde hace tiempo una conciencia y uso de este patrimonio funerario. Ejemplos, como los que muestra la web de la Asociación Europea de Cementerios Singulares, son París, Londres, Viena, Praga o Roma. En España el fenómeno es más reciente.
Además del mencionado de San Isidro, ya se muestran a los turistas los de Montjuic (Barcelona), Comillas (Cantabria), Valencia (la ruta bautizada como "Museo del silencio") y La Almudena (Madrid).
Camposantos singulares y que merecen una visita son los de Bilbao, Polloe (San Sebastián), Comillas (Santander), el cementerio Inglés de Málaga (que organiza visitas nocturnas) y el de Vilanova i la Geltrú.
En Galicia destaca el conocido como 'cementerio del fin del mundo', que está, claro, en Fisterra. Es obra de César Portela y está formado por 14 cubos de granito proyectados hacia el mar desde el acantilado.
En las rutas culturales
El filólogo y etnógrafo Juan Francisco Blanco reivindica la inclusión de los cementerios en las rutas culturales de las ciudades, dado que, en su opinión, visitar estos espacios "significa acceder a un perfil diferente en el conocimiento de España".
Blanco reclama "un papel mucho más importante" para los camposantos "en las guías de las ciudades y de los pueblos de España", ya que, en su opinión, "visitarlos significa acceder a un perfil diferente en el conocimiento del país".
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