Al pensar en la Costa Dorada, esa franja situada en la provincia de Tarragona, desde el norte hasta el delta del Ebro, solemos ver tan solo su línea de costa, y más concretamente sus playas. Pero la Costa Dorada es mucho más, es una tierra culturalmente privilegiada.
El motivo está en que a lo largo de la historia grandes civilizaciones han dejado su huella. De modo que, más que una amplia y diversa oferta cultural, ofrece un viaje en el tiempo.
La huella romana
El pasado de Tarraco, el primer y más antiguo asentamiento romano en la Península Ibérica, sigue vivo en nuestros días. El legado monumental que dejaron los romanos es tan extenso que parece como si la época de Tárraco siguiera presente.
Tarraco nació durante la segunda guerra contra los cartagineses cuando los romanos levantaron un campamento militar que, más tarde, en tiempo de Julio César, se convirtió en una de las ciudades más importantes del Mediterráneo.
En el año 2000, la UNESCO declaró al conjunto monumental de la ciudad Patrimonio Mundial, junto con el Arco de Roda de Barà y las villas romanas de Centcelles y Els Munts. Hoy en día Tarragona es, después de Roma, la segunda ciudad más importante del mundo por sus restos romanos.
Por la ruta del Cister
Los monasterios de Poblet y Santes Creus se construyeron en el s.XII con la misión de impulsar la repoblación de los territorios recién conquistados a los musulmanes. Ambos cenobios pertenecen a la orden del Cister que se caracteriza por seguir firmemente el voto de pobreza. Por esta razón, la austeridad del románico es el estilo arquitectónico predominante.
De grandes dimensiones, el monasterio de Santa María de Poblet es actualmente la abadía habitada más grande de Europa. Debido a su carácter de monumento arquitectónico y como panteón real de los monarcas de la corona catalanoaragonesa representa una visita muy interesante. En 1991 el monasterio fue declarado Patrimonio Mundial por la Unesco.
El Real Monasterio de Santes Creus es una abadía del siglo XII y constituye uno de los conjuntos cistercienses más grandes y mejor conservados que se pueden visitar en la actualidad. Se convirtió en su época en un centro espiritual, de estudios y de colonización del territorio. Destaca, además de por sus vitrales y su retablo, por la luminosidad y belleza de su emplazamiento.
La Ruta del Cister se completa con el monasterio de Vallbona de les Monges (Lleida).
El modernismo catalán
El Modernismo dejó un importante patrimonio en la Costa Dorada, sobretodo en la ciudad de Reus. Es en ella donde podemos seguir una ruta que convierte la ciudad en un paseo modernista lleno de edificios donde importantes arquitectos de la época dejaron su huella. Y es en ella donde podemos vivir una experiencia genial gracias al Gaudí Centre.
Asimismo en Tarragona también se encuentran joyas modernistas como el teatro Metropol, el altar de la Iglésia de Jesús y María y el Mausoleo de Jaime I. También las comarcas de la Terra Alta, el Priorat, l'Alt Camp y la Conca de Barberà cuentan con cooperativas vinícolas modernistas conocidas como Catedrales del vino.
También e puede visitar la Iglésia de Vistebella y la Casa Gaudí de Riudoms. Precisamente, Reus acoge el Gaudí Centre, un nuevo centro de interpretación que permite al público de todas las edades entender de forma muy didáctica las claves de la arquitectura de Gaudí, descubrir la formación de su genio creativo y conocer la ciudad y el entorno que le inspiró.
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