El presidente del PP, Mariano Rajoy, defendió ante el pleno del Congreso la proposición no de ley, que va acompañada por 4.028.396 de firmas, en la que su partido pide un referéndum en toda España sobre el Estatuto de Cataluña.

La pregunta que el PP quiere que se someta a referéndum es: "¿Considera conveniente que España siga siendo una única Nación en la que todos sus ciudadanos sean iguales en derechos y obligaciones, así como en el acceso a las prestaciones públicas?".

Esta proposición no de ley, cuyas firmas de apoyo el PP ha recogido desde el pasado 31 de enero por toda España, fue rechazada por todos los grupos ya que, según coincidieron sus portavoces, sólo serviría para fomentar la confrontación territorial.

Rajoy, quien calificó la petición de referéndum de "demanda legítima", dijo que es "razonable" querer conocer la opinión sobre el modelo territorial de "quiénes son los propietarios legítimos de todo el país".

"Muchos españoles piensan que estamos ante un escamoteo fraudulento de la soberanía" de España, dijo.

El líder del PP criticó la proliferación de "presuntas naciones y realidades nacionales de nueva planta", la desaparición de "todos los equilibrios de la Transición" y el "derribo alegremente del consenso constitucional" de 1978.

Advirtió de la "inquietud" de los españoles que "perciben que en España hay modificaciones que afectan a la nación, a la soberanía, a la unidad y a la igualdad de los españoles".

Críticas

Los representantes de PSOE, CiU, PNV, ERC, IU-ICV y CC coincidieron también en criticar la forma de la iniciativa, ya que no está previsto en la Constitución una consulta de esta naturaleza sobre los estatutos de autonomía.

Mientras que Rajoy habló en nombre del PP, y el portavoz socialista, Diego López Garrido, lo hizo en el del suyo, las restantes formaciones prefirieron que no fueran sus respectivos portavoces los que fijaran posición, de lo que se encargaron otros diputados.

En su primera intervención ante el pleno de la Cámara en su nueva condición de portavoz socialista, Diego López Garrido, definió la iniciativa como "el antojo de una oposición desorientada".

Acusó al principal partido de la oposición de proponer un referéndum "para cuestionar la unidad de España" a través de un procedimiento "al margen de la legalidad" y con el fin de "amordazar y obstaculizar la decisión del pueblo español y de Cataluña".

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