Hace 1.630 días de la desaparición de la pequeña Madeleine McCann en un apartamento del Algarve portugués. Su nombre se ha esfumado de los titulares de medio mundo, pero su cara angelical nos sigue dejando los mismos interrogantes: ¿Estará viva? ¿Dónde está? ¿Quién lo sabe?

La investigación policial concluyó sin éxito en julio de 2008, pero los McCann continúan por su cuenta la búsqueda. El matrimonio creó la fundación Find Madeleine y contrató a varios detectives para investigar el paradero de su hija. Kate y Guerry siguen convencidos de que Madeleine está viva. "No hay ninguna prueba que nos haga pensar lo contrario. Hasta entonces seguiremos buscando", explicaron este miércoles en Madrid durante la presentación del libro Madeleine, de Kate McCann.

Las 447 páginas del libro relata con todo lujo de detalle lo que ocurrió tras el 3 de mayo de 2007, el día de la desaparición. Kate explica, entre otras cosas, el sentimiento de culpa que le persigue desde entonces por no haber sabido proteger a su hija aquella noche. La frustración por haberse ido a cenar con su marido y dejar a sus hijos solos en el apartamento mientras dormían y lo mal que fueron tratados por los policías portuguesa durante la investigación.

"Nos presionaron para que confesáramos", dice mientras recuerda emocionada que llegaron a ser los sospechosos de la desaparición. Los medios de comunicación, también los españoles, publicaron que los McCann solían sedar a sus hijos para salir por las noches y que Madeleine falleció por una negligencia involuntaria.

La madre de Madeleine explica lo complicado que ha sido volver a tener una vida prácticamente normal junto a sus otros dos hijos y su marido. "Me llevó mucho tiempo poder permitirme disfrutar de verdad de algo. Era incapaz de ver la televisión, leer un libro o salir a cenar". También confiesa lo difícil que fue volver a tener relaciones íntimas con su marido. "Me hacía recordar que mi hija podría estar siendo objeto de abusos sexuales por parte de un pederasta. Me daba repugnancia".

El libro tiene un doble objetivo, según la familia de la niña de la mancha en el ojo: recaudar fondos para seguir buscándola y conseguir más información sobre su desaparición. "Animamos a todos los que lean el libro y que crean saber algo más que nos envíen la información", explican. También recordaron que cuando encuentren a la pequeña, el dinero recaudado por la fundación irá destinado a encontrar otros menores desaparecidos.

El matrimonio mantiene la tesis de que alguien debe conocer al secuestrador de su hija. "Hay que encontrarlo. Nunca es tarde para hablar y que Madeleine vuelva", dicen. Ambos se aferran al ejemplo de Natasha Kampush, la chica que apareció años después de haber sido secuestrada. "Parece que cuanto más pequeños los secuestran, más posibilidades hay de que aparezcan con los años", opinan.

Los padres de Madeleine se solidarizaron con la familia de los dos menores desaparecidos en Córdoba afirmando que "están de corazón" con ellos y esperan que los encuentren "sanos y salvos". "Cuando desapareció Madeleine al principio nos sugirieron que nos reuniéramos con otros padres cuyos hijos habían sido raptados. Nos pareció una idea totalmente descabellada porque pensábamos que íbamos a encontrar a nuestra hija enseguida", añadieron.