El fiscal solicita 13 años de prisión para un vecino de Miño (A Coruña), Francisco G.P, acusado de violar y golpear a su madre, unos hechos que el acusado ha negado en el juicio y que ha atribuido a una invención de la mujer. Por ello, la defensa reclama la absolución.

Los hechos, juzgados en la Audiencia Provincial de A Coruña, se remontan al 13 de octubre de 2010 cuando, según la Fiscalía, sobre las 23.00 horas se dirigió al dormitorio de su madre "con la intención de satisfacer sus deseos libidinosos" y, tras empujarla, consumó la violación.

Asimismo, sostiene que la amenazó diciéndole "que no se lo dijera a nadie, que si no la mataría". Al oírla llorar, el acusado volvió "y con ánimo de menoscabar su integridad física, la tiró al suelo dándole patadas y golpes en la cabeza" que le provocaron diversas heridas.

La Fiscalía considera los hechos constitutivos de un delito de agresión sexual y otro de lesiones, con la agravante de parentesco en los dos y de reincidiencia en el caso del segundo.

Por el delito de agresión sexual, solicita 10 años de prisión y otros tres por el de lesiones. Además, reclama una indemnización de 12.000 euros por daño moral y 2.400 euros por las lesiones causadas.

Hechos "inciertos"

La defensa ha calificado a la madre como una mujer "alcohólica, adicta a las pastillas" y con un retraso mental, confirmado por los informes médicos, y ha subrayado que ya había denunciado a otro hijo "por hechos inciertos", ha remarcado.

En su declaración, el hombre ha negado las acusaciones y ha argumentado que nunca hubiese cometido unos hechos así. "Porque se trata de mi madre, porque tengo pareja y porque no me cabe en la cabeza hacer una cosa así", ha apuntado.

También ha atribuido las lesiones que presentaba su madre, con fracturas en varias costillas, a una caída en la bañera y a un golpe posterior en la cama y ha insistido en que solía caerse. La mujer ha atribuido estas caídas a los mareos que sufría y ha admitido que tanto ella como su hijo habían bebido ese día.

Por su parte, los foreneses han confirmado que los golpes que presentaba "requerían cierta fuerza", al ser preguntados si podían ser ocasionados por la caída en la bañera.

A preguntas de la defensa, confirmaron que no había lesiones en el área genital ni restos de esperma. En su declaración, y a requerimiento de la Fiscalía, la madre admitió que estando ya ingresada se había lavado y que fue, ya en planta, cuando comentó la presunta agresión sexual. En el juicio no han querido prestar declaración ni el hermano del acusado ni su expareja.