Sitges 2011: 'Verbo', poética visión del vacío de los jóvenes

Alba García en una escena de 'Verbo'.
Alba García en una escena de 'Verbo'.
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Alba García en una escena de 'Verbo'.

La presencia de largometrajes españoles en esta edición del Festival de Sitges es abundante. Uno de ellos ha sido Verbo, el debut en el largometraje del madrileño Eduardo Chapero-Jackson, galardonado por su cortos Contracuerpo, Alumbramiento y The End. Su temática, el retrato de la desorientación y desarraigo que sufren los jóvenes, de muchos adolescentes perdidos que no se identifican con el mundo que les rodea ni con lo que les están enseñando en los colegios o institutos.

Chapero-Jackson es un cineasta con el alma de poeta, y cuestiones sobradamente tratadas, en cine o televisión, se amoldan a través de su mirada a un tratamiento distinto. Verbo es una de la películas más arriesgadas del cine español actual, con un presupuesto bajísimo de sólo 2 millones de euros.

El argumento esta dividido en 3 actos: el de la realidad en el que vive su protagonista, la joven de 15 años Sara – interpretada por la debutante Alba García, en realidad de 19 años -. Luego está el de un mundo de fantasía que se desarrolla en el subsuelo de la ciudad y que nos propone un viaje interior en el que Sara, superando también 3 pruebas distintas, deberá aprender a encontrarse a sí misma y los alicientes para seguir adelante con su vida. Y el tercero, el desenlace.

Tambien se atreve a tratar temas tan delicados como los casos de suicidios de adolescentes, a los que Chapero-Jackson, con su película parece querer arropar, intentar insuflarles el aliento necesario para adquirir fuerzas y estímulos. Allí está la historia de la desorientada Sara y su encuentro con Liriko (Miguel Ángel Silvestre), un misterioso grafitero que parece estar esparciéndole distintos mensajes de apoyo por las calles y edificios para que encuentre su “misión” en la vida. Líriko actúa junto con su panda, una especie de grupo de “anticuerpos”, de fuerzas de defensa contra los pensamientos más oscuros y dañinos que pueda tener Sara.

Obra personal y fascinante

Aventura de tintes fantásticos y que podría parecer de lo más convencional. Sin embargo, se convierte en una obra personal y fascinante. Imágenes muy trabajadas y fuertemente estilizadas – con predominio de los tonos azules -, y recurriendo a otras narrativas e iconos tan de hoy en día como la cultura rapera, videojuegos, mangas, comics y referentes cinematográficos. Su recuerdo perdura y crece con el tiempo, y rehúye el amoldarse a una narrativa y a unos personajes cómodos y fáciles. Una muestra, la desigual división de opiniones con la que ha sido recibida en Sitges.

En su reparto están también Verónica Echegui, Najwa Nimri y Macarena  Gómez y ese hallazgo que es la joven debutante Alba García. En ella recae prácticamente todo el peso interpretativo de la película encarnando a Sara, una peculiar joven de alma igualmente sensible y perdida, de trazos quijotescos y debiendo afrontar la necesidad de encarar la realidad.

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