El Consejo de Ministros del Gobierno griego ha aprobado este domingo el despido de 30.000 trabajadores del sector público, según han informado fuentes gubernamentales.

Estos despidos son parte de los recortes anunciados para cumplir con las condiciones impuestas por la 'troika' (Fondo Monetario Internacional, Banco Central Europeo y Comisión Europea) a cambio del sexto tramo de ayuda del primer rescate (8.000 millones de euros). De no cobrar este tramo, valorado en 8.000 millones de euros, el Estado griego podría dejar de pagar sus deudas en cuestión de semanas.

El plan que el Gobierno griego plantea crear es una "reserva laboral" que permite suspender parte de la paga a los funcionarios como paso previo a su despido, una vez transcurrido un año. Es en esta reserva en la que se pretende incluir de aquí a final de año a 30.000 trabajadores del sector público que podrían ser finalmente despedidos.

"La medida de la reserva laboral ha sido aprobada por unanimidad", ha anunciado un viceministro que ha participado en el Consejo de este domingo en declaraciones a Reuters bajo condición de anonimato mientras aún se celebra la reunión.

Según ha informado el Ministerio de Finanzas griego en un comunicado, esta y otras medidas adicionales de austeridad permitirían ahorrar 6.600 millones de euros entre 2011 y 2012.

Además, dicho Ministerio ha informado oficialmente de que el déficit público aprobado este domingo por el Gobierno para 2011 es del 8,5% del PIB, muy por encima del 7,6% fijado como límite en virtud del rescate de la 'troika'. En cuanto a 2012, el déficit se situará en el 6,8% del PIB, ligeramente por encima del 6,5% fijado como objetivo en el segundo rescate.

"Quedan tres meses cruciales para terminar 2011 y la estimación definitiva del déficit del 8,5% del PIB se puede lograr si los mecanismos del Estado y los ciudadanos responden adecuadamente", ha explicado el Ministerio en un comunicado oficial.

Estas proyecciones del Gobierno griego se basan en la previsión de que la recesión será más profunda aún de lo previsto y supondrá que la economía se contraiga un 5,5% este año y un 2% el próximo, unas cifras acordes con las proyecciones del FMI publicadas en septiembre, pero mucho peores que las empleadas para el segundo rescate, pactado en julio, que pronosticaba un dato positivo para el PIB de 2012.