El profesor de Economía de Rusia de la Universidad Complutense, Rafael Fernández, ha asegurado que "Rusia, una potencia emergente" para detallar que después de la grave crisis de los noventa, "este país ha reemergido como una gran potencia energética, cuyo auge económico está estrechamente ligado al alza en los precios del crudo".

No obstante, su enorme potencial energético se encuentra limitado o matizado por dos hechos, según este profesor. En primer lugar, "su esfera de influencia se circunscribe en lo esencial a la región euroasiática, debido a que sus exportaciones se dirigen casi exclusivamente hacia la CEI y el continente europeo".

En segundo lugar, ha citado que las debilidades de la economía rusa hacen que ésta dependa de sus exportaciones energéticas tanto o más que los países europeos de la energía procedente de Rusia, "lo que favorece que las relaciones entre ambas partes se orienten más hacia la cooperación que hacia el conflicto".

Por otra parte, ha indicado que su sector energético se enfrenta a un doble hándicap, que también limita sus posibilidades de expansión a nivel internacional: "del lado de la oferta, el paulatino agotamiento de sus yacimientos más accesibles y el elevado coste relativo de la extracción; del lado de la demanda, el ineficiente uso de la energía y el alto nivel de consumo doméstico", ha señalado el profesor Fernández.

A su parecer, ambos factores impiden la modulación de sus exportaciones en el corto plazo y restringen su margen de crecimiento en el medio y largo plazo.

Estas circunstancias, ha concluido, marcan los límites del poder energético de Rusia en el escenario internacional y definen las líneas que guían su estrategia en el medio y largo plazo: "prioridad de sus relaciones con la UE, defensa de su hegemonía en el seno de la CEI, diversificación geográfica y fortalecimiento de su capacidad productiva".

Rafael Fernández ha impartido este miércoles la conferencia "Seguridad global y potencias emergentes en un mundo multipolar" dentro del XIX Curso Internacional de Defensa que se celebra esta semana en Jaca (Huesca),

El XIX Curso Internacional de Defensa se ha centrado en la jornada de hoy en el papel de dos potencias emergentes como Rusia y la India, además de analizar las distintas variables del desarrollo humano en Asia. SECTORES

En cualquier caso, en casi todos los sectores energéticos, Rusia es una gran potencia. En petróleo, por ejemplo, sólo Arabia Saudí supera su contribución a la producción y las exportaciones mundiales, "si bien es cierto que las reservas rusas no son tan abundantes como las de los cinco grandes productores de Oriente Medio".

En el sector gasista, lidera todos los rankings porque dispone del 25% de las reservas mundiales, aporta el 22% de la producción y el 21% de la exportación. Además, de sumar grandes reservas de petróleo y gas, se añade la gran abundancia de carbón mineral con más del 18% de las reservas del planeta, sólo por detrás de los Estados Unidos.

Finalmente, el profesor Fernández ha asegurado que Rusia también posee importantes reservas de uranio. Pero es que además, este país cuenta con una gran capacidad de refino, "lo que le permite ser el primer exportador mundial de productos derivados, es dueño de la mayor red del mundo de distribución de energía y dispone de un buen racimo de empresas energéticas como Gazprom, que es la empresa gasista más grande del mundo. INDIA

Por otra parte, el investigador del Real Instituto Elcano, Pablo Bustelo, ha hablado en el Curso de Defensa sobre "India. El despertar del elefante". Especialmente desde 2003, ha señalado, la India ha registrado un crecimiento económico extraordinario, que ha hecho aumentar, de manera significativa, su peso en el mundo.

Las consecuencias principales han sido "el inicio de una espiral de crecimiento (que hará de su economía la tercera mayor del planeta hacia 2025), un creciente peso político y cultural en el escenario internacional y un peso militar cada vez más importante", ha enumerado Bustelo.

Entre las ventajas de la India, ha expuesto su favorable evolución demográfica y su moderno tejido empresarial y profesional. En este sentido, ha apuntado que "las ventajas parecen claramente mayores que los inconvenientes, como son, entre otros, la falta de infraestructuras modernas y la enorme pobreza todavía imperante".

Ha estimado el escenario que podría darse hacia 2050, cuando, a su juicio, "el peso de India en la economía mundial podría ser similar al de América del Norte".

Este crecimiento, según el profesor Pablo Bustelo, "no va a suponer una desestabilización en la zona ya que el tipo de crecimiento de la India es bastante complementario, por ejemplo, con el de China". Y es que este último país se está especializando, sobre todo, en productos industriales, y la India en servicios y tecnologías de la información.

Finalmente, la profesora de Relaciones Internacionales de la Universidad Antonio de Nebrija, Gracia Abad, se ha referido a "El desarrollo humano en Asia-Pacífico". Desde los años 80, ha apuntado, el índice de desarrollo humano en esta zona "ha mejorado constantemente", aunque a su juicio sigue habiendo importantes desequilibrios y hay que avanzar, especialmente, "en la igualdad de género y oportunidades".

La profesora Abad ha señalado algunas de las medidas que permitirán avanzar en el desarrollo humano en Asia-Pacífico: invertir en educación, gestionar el crecimiento de forma que beneficie a amplios grupos de población, una mayor equidad en la distribución del gasto social, medidas contra la pobreza y avanzar en el desarrollo de elecciones libre, sistemas pluralistas y lucha contra la censura.