¿Pitufaron los pitufos el género de zombies?

En 1959, nueve años antes de 'La noche de los muertos vivientes', los duendecillos azules habían tenido su propio apocalipsis contagioso y caníbal en 'Los pitufos negros'.
¿Pitufaron los pitufos el género de zombies?
¿Pitufaron los pitufos el género de zombies?
¿Pitufaron los pitufos el género de zombies?

Unos son diminutos, adorables y muy, muy azules. Los otros son terroríficos, repugnantes y, además de oler fatal, lo ponen todo perdido con sus icores putrefactos. Sin embargo, los pitufos (que celebran su 60 aniversario en 2018) y los zombies podrían tener mucho en común. De hecho, los unos podrían haber sido los precursores de los otros, o al menos de la versión moderna que ahora conocemos en el cine. ¿Te resulta difícil de creer? Pues sigue leyendo.

Para que todo quede claro, debemos recordar los orígenes de estas criaturas de leyenda. Para empezar, los muertos vivientes proceden del vudú haitiano, donde son cadáveres reanimados y esclavizados por la acción de un bokor o hechicero tenebroso: esta es la versión que pasó al cine más tempranamente, gracias a películas como la genial Yo anduve con un zombie (1943) de Jacques Tourneur. En cuanto a los pitufos, fueron creados por el dibujante belga Peyo en 1958 como secundarios de Johan y Pirluit, un cómic de aventuras medievales que acabó eclipsado por su éxito. Es en 1959, un año después de su debut, cuando los graciosos pitufitos se convierten en heraldos del apocalipsis zombie…

¿Pitufaron los pitufos el género de zombies?

Nos estamos refiriendo a Los pitufos negros, un álbum que creó pesadillas en más de un niño impresionable. ¿Por qué? Pues porque retrataba algo que entonces parecía novedoso, pero que ahora identificamos como una plaga no-muerta de manual. Tras contactar con un maléfico insecto (la mosca Bzzz, nada menos), el Pitufo Perezoso se contagia de una extraña y grotesca enfermedad. Su piel pasa del color del cielo al color de la pez, y su vocabulario pitufo (ese que consiste en reemplazar los verbos por "pitufar" y los sustantivos por "pitufo") se ve reemplazado por una única palabra: "¡Ñac!". Ese es el ruido que hace cada vez que muerde en la colita a sus vecinos de la aldea, los cuales, tras recibir la dentellada, se convierten en nuevos pitufos negros que expanden la epidemia hasta que las viñetas quedan del color de una mina de carbón con la luz apagada…

La resolución de Los pitufos negros es más optimista que la de una película de zombies al uso: tras sufrir vicisitudes no muy distintas de las Brad Pitt en Guerra Mundial Z, Papá Pitufo (quién si no) descubre una medicina basada en polen de nenúfar que consigue curar a los afectados. Pero esto es secundario. Lo importante es que a este cómic se le han buscado lecturas de todo tipo (desde un mensaje racista a uno colonialista o incluso homófobo, por lo de la colita) hasta que alguien reparó en un pequeño detalle: Los pitufos negros llegó a los quioscos en 1959… mientras que La noche de los muertos vivientes, el filme con el que George A. Romero sentó las bases del género de zombies, se estrenó nueve años después, en 1968.

¿Pitufaron los pitufos el género de zombies?

¿Hay un vínculo lógico entre estos dos datos? ¿Tuvo el maestro Romero, acaso, contacto con un ejemplar de Los pitufos negros durante la década de 1960? Pensar que sí sería tirar mucho del hilo, puesto que los pitufos no se hicieron famosos en EE UU hasta la aparición de la serie animada de Hanna-Barbera en 1981. Así pues, el enigma queda ahí, y es inquietante de narices. Pero una cosa sí que tenemos clara: a Peyo, que detestaba a esos duendecillos azules que se pasó la vida dibujando a cambio de vil metal, esta paradoja le hubiera resultado divertidísima.

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