Los nuevos satélites caerán de forma controlada

  • La normativa de las agencias espaciales obligará a dejar una reserva de combustible en los satélites para poder controlar su bajada.
  • Estados Unidos ya aplica esta medida de seguridad pero, al ser aún voluntaria, hay muchos países que no la ponen en práctica.
Ilustración del primer satélite español óptico de observación, 'Ingenio'.
Ilustración del primer satélite español óptico de observación, 'Ingenio'.
EFE
Ilustración del primer satélite español óptico de observación, 'Ingenio'.

El satélite UARS se precipitará en unas horas sobre la Tierra, aunque todavía no se sabe dónde. La agencia espacial estadounidense (NASA) descarta que el satélite vaya a caer sobre América del Norte y lo último que ha dicho es que hay muchas posibilidades de que caiga en el mar, aunque no podrán saberlo con exactitud hasta 20 minutos antes de que ingrese en el planeta.

Todos los expertos parecen estar de acuerdo en que las probabilidades de que un fragmento impacte contra un ser humano son ínfimas, pero reconocen que la posibilidad es mayor de lo habitual puesto que "se trata de un objeto de seis toneladas de las que sobrevivirá media", según ha explicado a 20minutos.es el Dr. Miquel Serra-Ricart, astrofísico del IAC (Instituto de Astrofísica de Canarias) y administrador del Observatorio del Teide.

"La trayectoria de los asteroides es más fácil de predecir, ya que se trata de objetos más o menos simétricos y de los que se conoce su órbita. En cambio, los satéllites que caen a la Tierra son artefactos asimétricos y descontrolados", comenta el doctor. "Estos satélites -añade- son de los años 80 y 90 y caen sin combustible. Con los nuevos satélites será diferente ya que las normativas consensuadas por las agencias espaciales obligarán a incluir una reserva extra de combustible que permitirá controlar su reentrada en la Tierra una vez que los aparatos finalicen su vida útil".

En la actualidad, Estados Unidos ya aplica estas normas de seguridad para controlar los futuros descensos de los nuevos satélites. El problema es que las medidas aún son voluntarias y hay muchos países que no las ponen en práctica.

Como para quitarle un poco de hierro al asunto, Serra-Ricart ha comentado que "en caso de que el satélite UARS pase sobre alguna zona habitada, puede ser muy bonito, se verá como una gran estrella fugaz".

Los científicos de la NASA calculan que el satélite se despedazará al entrar en la atmósfera y que al menos 26 grandes piezas del ingenio sobrevivirán a las altas temperaturas del reingreso y caerán sobre la superficie de la Tierra.

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