La Comunidad de Madrid paga a profesores que están en casa y no están dando clase

  • Son más de 600 funcionarios de carrera, pero Educación no les ha asignado centro.
  • Mientras tanto, el curso ha empezado en muchos institutos con déficit de profesores.
Borja Villa, uno de los profesores afectados por esta situación.
Borja Villa, uno de los profesores afectados por esta situación.
JORGE PARÍS
Borja Villa, uno de los profesores afectados por esta situación.

A la consejera de Educación madrileña, Lucía Figar, no le salen las cuentas. La Comunidad tiene en nómina a más de 600 profesores de Secundaria que, aunque ya han empezado las clases, no se han incorporado a las aulas y perciben su salario –alrededor de 1.800 euros de media–.

El profesorado de la ESO tenía que estar trabajando desde el 1 de septiembre, pero los docentes afectados no tienen centro asignado, según denuncian FETE-UGT y CC OO. A diferencia de los interinos –que no tienen plaza en propiedad y la Comunidad puede prescindir de ellos sin tener que pagarles un sueldo–, los profesores afectados son funcionarios de carrera y no les pueden despedir.

A la expectativa

La situación en la que están estos docentes tiene un nombre: expectativa de destino. Según la ley, se llega a ella debido a un proceso de reasignación de efectivos como consecuencia de un plan de empleo. Lo sangrante, en el caso de la región, es que el curso comenzó el miércoles en Secundaria con problemas en todos los centros porque faltaban profesores de infinidad de materias y no se pueden cuadrar los horarios, tal y como publicó 20 minutos este miércoles.

Una situación que la Comunidad se niega a reconocer y solo admite que hubo un centro, el Blas de Otero (Aluche), que no abrió sus puertas. Pero lo cierto es que tampoco lo hicieron, entre otros, el IES Las Musas (también en San Blas) o el Príncipe Felipe (Fuencarral). Además, faltaban 13 profesores en el San Cristóbal (Villaverde), otros 10 en el Miguel Delibes (Ciudad Lineal) y no había suficientes manos en el Gabriel Cisneros y Antonio Nebrija (Móstoles) o en el Fernando Fernán Gómez (Humanes). Ni en centros de Hortaleza, Barajas y Vallecas.

A pesar de todo, Figar insiste en que el curso comenzó "sin incidentes" en los 324 institutos públicos de la región –donde hay 120.500 alumnos matriculados–. En el segundo día de clase de la ESO, que fue este jueves, la Consejería de Educación habla también de "normalidad", aunque siguen faltando docentes.

Y es que los profesores que están en sus casas tenían que haber conocido en julio su destino para este curso, pero fue entonces cuando se supo que este año habría"recortes" y que se prescindiría de 3.000 interinos. Con este tijeretazo, la Comunidad ahorrará 80 millones. Mientras tener a estos 600 funcionarios les cuesta a las arcas regionales más de un millón de euros al mes.

Mientras la FAPA Giner de los Ríos ya ha advertido de que la Comunidad será "la única responsable" si los chavales pierden horas de clase, Figar aseguró ayer que todos los funcionarios tiene ya su plaza asignada, salvo pequeños "ajustes" que estarán solventados la "próxima semana". Además, afirmó que reforzará los centros donde se haya "podido equivocar".

Un profesor sin alumnos

Las condiciones laborales de Borja Villa Pacheco, de 35 años y profesor de filosofía, van de mal en peor desde que en 2006 sacara la plaza de profesor de Filosofía. "Los dos primeros años di clases en Alcalá de Henares y en Parla, de lo mío, de Filosofía". Pero en el curso 2009-2010 no tuvo tanta suerte: "Ese año no había plaza de Filosofía y tuve que impartir Lengua y Geografía a chavales de diversificación curricular –niños con dificultades de aprendizaje–", explica. La suerte tampoco le sonrió el año pasado: "He dado Educación para la Ciudadanía y Educación Ético-Cívica, y aunque esa es mi área, me asignaron 13 grupos en dos institutos diferentes de Hortaleza y San Blas". En total, el año pasado fue el profe de 300 alumnos.

Pero este curso que ya ha arrancado no aspira ni a eso."Estoy aterrorizado. No me han llamado. No sé si creen que somos máquinas, que basta decirnos dónde y sobre qué tema y soltamos el rollo. Tienes que prepararte las clases y el plan de estudios. Y eso, si das tu materia...". A pesar de la incertidumbre, cuando ha ido a la Consejería le han podido confirmar solo una cosa: "No te preocupes, vas a cobrar el sueldo".

Y como dice: "No se trata de eso, yo soy un profesor sin alumnos, estoy en el limbo; así que me quedo en casa cuidando de mi hija", se lamenta. Además, su caso se complica porque fue padre en marzo. "Hubiera necesitado conocer mi destino en julio para poder solicitar la reducción de jornada al director de mi centro. Pretendía conciliar, pero tampoco he podido hacerlo". Y ahora sabe que a los que sí están llamando les están ofreciendo lo que hacían los interinos: "Jornadas reducidas, les reparten entre varios centros o les dan destinos penitenciarios".

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