El secretario general del PSCL y portavoz del Grupo Socialista en las Cortes, Óscar López, ha reiterado este lunes su voluntad de llegar a pactos con la Junta en distintas materias siempre, matizó, que no se canalicen a través de "mesas, reuniones y foros" para "marear la perdiz".

López, quien ha comparecido ante los medios tras la reunión del Grupo Parlamentario, ha reiterado que la posición "oficial" del PSCL se centra en la voluntad de acuerdo —"el PSOE tiene la mejor voluntad"— pero cuando se trate de pactos "tangibles y evaluables" y no de "mesas, reuniones y foros" que tengan como fin "marear la perdiz".

Los socialistas, añadió, ya se han pronunciado al respecto de algunos de los temas que se encuentran sobre la mesa de negociación como la ordenación del territorio, punto en el que criticó que los 'populares' hayan negado la existencia de este problema y que no hayan hecho propuestas en esta materia.

"Quiero conocer la propuesta de la Junta", ha reclamado antes de recordar que hace ya "más de un año" del anuncio, por parte del presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, de la puesta en marcha de la Agenda de la Población, iniciativa de la que aún "no se sabe nada".

Mensaje a los sindicatos

Por otro lado, el líder de los socialista de la Comunidad se ha referido a la "unión" que el PSOE mantiene con el sindicato UGT —"nos unen muchas cosas"—, con el que se celebran los normales encuentros pese a la discrepancia de la formación sindical con algunas de las medidas puestas en marcha por el Gobierno central.

Así, López "respeta" la opinión contraria de los sindicatos y, tras explicar que se ha hecho un debate "falso" sobre la estabilidad presupuestaria, ha rechazado que esta medida sea "de derechas" y, tras aclarar que la estabilidad permite el desarrollo de políticas "contracíclicas", al contrario que el déficit cero, ha advertido de que los sindicatos tendrían que verse "amenazados" por el PP.

No obstante, el portavoz del Grupo Socialista en las Cortes reconoció entender las "dudas" que puede generar la aprobación de la reforma constitucional sin acudir al referendum y enmarcó esta decisión en la necesidad de llevar a cabo la modificación con celeridad ya que "no tendría el efecto buscado" dentro de "dos o tres meses".

En la misma línea, consideró que el no haber incluido una cifra sobre el techo de gasto y no haber optado por el déficit cero en favor de la estabilidad presupuestaria son dos cosas "muy importantes" que deberían, a su juicio, dar "acomodo" a los sindicatos y a la izquierda.