El presidente del comité de Locsa lamenta que la empresa le haya vetado en la reunión de este viernes

El presidente del comité de empresa de Locsa, centenaria factoría metalúrgica cordobesa que su actual propietaria, la multinacional italoalemana KME, quiere cerrar y prescindir de sus 120 empleados, Francisco Pozuelo, ha lamentado que los representantes de la empresa le hayan vetado sin asistir a la reunión de la mesa de negociación de este viernes, a la que finalmente han ido cinco miembros de CCOO y UGT.
Francisco Pozuelo
Francisco Pozuelo
EUROPA PRESS
Francisco Pozuelo

El presidente del comité de empresa de Locsa, centenaria factoría metalúrgica cordobesa que su actual propietaria, la multinacional italoalemana KME, quiere cerrar y prescindir de sus 120 empleados, Francisco Pozuelo, ha lamentado que los representantes de la empresa le hayan vetado sin asistir a la reunión de la mesa de negociación de este viernes, a la que finalmente han ido cinco miembros de CCOO y UGT.

En declaraciones a Europa Press, Pozuelo ha manifestado que el encuentro de este viernes en Sevilla ha sido "un poco controvertido", puesto que, "se ha celebrado en un bar y me han vetado formar parte", porque, justifica, "a la dirección de la empresa no le gusta mi postura en la defensa de los intereses de los trabajadores".

Un planteamiento que ha sido expuesto en parte por los compañeros de sindicato y que el comité defiende como es la petición de "un total de 60 días de indemnización sin tope y un año de salario para los despidos —la empresa oferta 45 días por año trabajado en 42 mensualidades—; además de bajar la edad de jubilación todo lo posible, si es a partir de los 50 años mejor para cubrir todo lo posible a los empleados afectados", indica Pozuelo, al tiempo que explica que la entidad propone 56 años para la edad de jubilación.

De igual modo, reclama una revisión del proyecto de la fundición, porque "no está echo de forma coherente para un futuro —se pueden perder 30 puestos de trabajo— y también hay que tratar los trabajadores que tienen cabida, sin que sea de manera aleatoria", tal y como pide el presidente del comité de empresa, quien espera poder formar parte de próximas reuniones a principios de la próxima semana.

Otro aspecto que se debate en el seno de la mesa de negociación es la posible aplicación de un expediente de regulación de empleo (ERE) que afectaría a unos 40 empleados, de manera que "si hay acuerdo entre los trabajadores y la dirección de la empresa, previsiblemente se pondrá en marcha un ERE que dé cobertura a las personas que se puedan quedar sin empleo".

Una vez estudiado qué cantidad de empleados se incorporarían a Barcelona, en principio once —ahora suspendidos cautelarmente—; a Alemania y a Italia, otros once en total; así como los trabajadores que se incorporen a la fundición, "todos los demás restantes se tendrían que acoger al ERE", puntualiza Pozuelo.

Entretanto, el representante de los trabajadores ha celebrado que el juzgado de lo social haya suspendido cautelarmente el traslado de los once empleados a Barcelona, que estaban fijados por la entidad para finales de agosto, de manera que "ya nadie tiene la urgencia de que el día 29 se tiene que incorporar al puesto de trabajo en Barcelona". Aunque, cabe destacar que la plantilla aún no ha recibido la liquidación atrasada del mes de julio. '

Locsa no se cierra'

En este sentido, los trabajadores han acordado mantener vivo el lema de 'Locsa no se cierra', que ha marcado todas sus movilizaciones desde que el pasado abril KME anunció que iba a cerrar su planta cordobesa, alegando unas pérdidas acumuladas en los últimos cuatro años de 17 millones de euros, que ahora ha elevado a 20, al contabilizar el primer semestre de 2011.

Después de que la empresa presentara un ERE que afectaba a toda la plantilla y que la Junta rechazó al no verlo justificado, y tras el anuncio de KME de que instará concurso de acreedores para Locsa, los trabajadores no se van a rendir y, según ha subrayado Pozuelo, van a "intentar meterle el dedo en el ojo a la empresa, usando las leyes".

También piensan aprovechar en su favor "el apoyo incondicional del Ministerio de Industria y de la Junta de Andalucía", pues, según ha recordado el sindicalista, las administraciones públicas están dispuestas incluso "a ayudar económicamente en todo lo posible para continuar la actividad, con un nuevo modelo industrial, sin ningún problema", y los trabajadores utilizarán esa baza y cualquier otra legal que tengan a su alcance, "para parar este envite de la empresa", que la pasada semana despidió a 12 trabajadores y decidió el traslado forzoso de otros once a sus instalaciones de Barcelona.

Frente esta estrategia de KME, los trabajadores de Locsa siempre han destacado que la fábrica cordobesa es viable y rentable a plena producción y que incluso podría generar más empleo, una vez recuperados los clientes y las líneas de distribución de su producción de laminados y derivados de cobre y zinc en cuatro continentes, que KME había desviado en favor de sus factorías de Italia y Alemania, siendo esa la razón por la que la multinacional no estaría dispuesta, según los trabajadores, a dejar Locsa en manos de otro inversor, para que no le haga la competencia.

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