Según datos eclesiásticos españoles, los "perseguidos por odio a la fe católica" durante la Revolución de Asturias (octubre de 1934) y la Guerra Civil (1936-39), considerados mártires por la Iglesia, oscilan entre las 7.000 y 10.000 víctimas.

Entre los futuros beatos se encuentran:

-  Cruz Laplana y Laguna, Obispo de Cuenca, nacido el 3 de mayo de 1875 en Plan de Aragón y asesinado entre el 7 y el 8 de agosto de 1937 en Cuenca.

- El sacerdote diocesano Fernando Español Berdié, nacido el 11 de octubre de 1875 en Ancile y asesinado entre el 7 y el 8 de agosto de 1936 también en Cuenca.

- Margarita María López de Maturana, fundadora de las Hermanas Mercedarias Misioneras, nacida el 25 de julio de 1884 en Bilbao y muerta el 23 de julio de 1934 en San Sebastián.

- Narciso Estégana Echevarría, obispo de Ciudad Real, nacido en Logroño el 29 de octubre de 1882 y asesinado el 22 de agosto de 1936 en Ciudad Real.

- Otros diez religiosos de esa diócesis muertos el mismo día y en las mismas condiciones

- El sacerdote diocesano Liberio González Nombela, nacido el 30 de diciembre de 1896 en Santa Ana de Pusa y asesinado junto a otros doce sacerdotes el 18 de agosto de 1936 en Cruz de Barcience.

- 16 carmelitas descalzos, encabezados por Eusebio del Niño Jesús, nombre que tomó Ovidio Ferández Arenillas, sacerdote profeso de la Orden nacido el 21 de febrero de 1888 en Castilfale y asesinado, junto a los otros 15, el 22 de julio de 1936 en Toledo.

- Siete franciscanos, encabezados por Félix Echevarría Gorostiaga, de la Orden de los Frailes menores, nacido el 15 de julio de 1893 en Ceánuri y asesinado, junto a los otros seis, el 21 de septiembre de 1936 en Azuaga.

- Cuatro religiosos del Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, encabezados por Teodosio Rafael, nombre que adoptó Diodoro López Hernández, religioso nacido el 27 de octubre de 1898 en Salgüero de Jarros y muerto junto a los otros entre el 6 y 7 de agosto de 1936 en Boca del Congosto.

Milagros

Además de los mártires, el Papa aprobó el reconocimiento de un milagro por la intercesión del sacerdote Mariano de la Mata Aparicio, de la orden de San Agustín, nacido el 31 de diciembre de 1905 en La Puebla de Valdavia (España) y fallecido el 5 de abril de 1983 en Sao Paulo (Brasil). Ese milagro abre las puertas a una futura beatificación del religioso agustino.

Los decretos, según ha informado el Vaticano, fueron aprobados por el Pontífice tras recibir en el Vaticano en audiencia privada al prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, el cardenal portugués José Saraiva Martins.

Benedicto XVI le ha devuelto el carácter privado a este tipo de promulgaciones, que durante el pontificado de Juan Pablo II eran públicas y a las mismas asistían no sólo el cardenal encargado de la Causa de los Santos, sino también los postuladores, cardenales y religiosos.

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