El BNG de Santiago, cuando se cumplen 75 años del asesinato a manos franquistas del primer alcalde galleguista de Compostela e impulsor de la editorial Nós, Ánxel Casal, ha celebrado este viernes un homenaje ante la placa que recuerda —en el número 15 de la Rúa do Vilar— la ubicación de la imprenta del intelectual encontrado en una cuneta de Cacheiras, Teo, en 1936. Sobre él, el portavoz del Bloque en el Ayuntamiento compostelano, Rubén Cela, resaltó su discurso "moderno", puesto que ya en esa época Casal y el Partido Galeguista "defendían sin ambigüedad alguna la desaparición de las diputaciones provinciales por inútiles".

"¿Qué opinaría si escuchase estos días al señor Rubalcaba demandando ahora, como gran novedad, la desaparición de las diputaciones?, ¿Qué pensaría Casal si hoy, 75 años después de aquel plebiscito (el del Estatuto de Autonomía) escuchase al Partido Popular pedir que se recobren competencias autonómicas para el Gobierno central?", se ha preguntado Cela en su discurso.

Previamente, reivindicó que Casal fue uno de los "incansables luchadores a favor" del Estatuto de Galicia de 1936, y que de hecho, fue parte de la comisión que fue a Madrid para entregar el texto estatutario aprobado en referendo. "Se trataba de una de las más grandes muestras de dignidad colectiva del pueblo gallego (...). Aquel estatuto quedó soterrado, pero las ideas no se pueden enterrar y las ansias de libertad de una nación no se pueden anular por decreto-ley ni esconder en ningún cajón de ninguna clase de Tribunal Constitucional", ha manifestado en su intervención.

Entre sus palabras, Rubén Cela destacó que Casal, cuyas tres sobrinas acudieron al acto de este viernes, fue "el primer editor gallego moderno con conciencia expresa de poner en marcha una industria cultural gallega y que entendió la edición como un auténtico método de transformación de la sociedad".

Por ello, también lanzó la pregunta de "qué diría Casal que tanto hizo por la cultura gallega con tan pocos recursos si conociese la política cultural del actual Gobierno gallego, que no tiene problema en enterrar el dinero que haga falta en el Monte Gaiás —aunque sea para jugar al tenis— mientras ve una industria cultural gallega muriendo de inanición".

Y continuó con la retórica al cuestionar "qué diría" el galleguista sobre el "cuidado del patrimonio" que "pierde" un Códice Calixtino o sobre la "política educativa del PP en la Xunta y de su trilingüismo". También tuvo palabras para la situación de los medios de comunicación que recientemente han cerrado y se preguntó sobre cuáles serían sus palabras "al ver que este país deja caer A Nosa Terra ante la pasividad cómplice del Gobierno gallego del PP o si supiese que esa complicidad es también la inyección letal de GZ-Nación, Vieiros, Galicia Hoxe, A Peneira o Xornal de Galicia".

Tras su reflexión sobre este contexto, Rubén Cela se autorrespondió: "Probablemente no diría nada ante estas preguntas, directamente haría, se pondría de inmediato a trabajar". "Esa es para mí una de las grandes lecciones de Casal y del conjunto del Partido Galeguista", ha proclamado.

Cela ha remarcado la "altura de miras, generosidad, trabajo honesto y perseverancia" que imperó en la persona de Casal en su acción para el "nacionalismo gallego y para Galicia", y puso de relieve que el intelectural "fue un hombre comprometido con el Partido Galeguista porque era consciente de que ese era el único instrumento real con que contaba Galicia para avanzar en el autogobierno".

"¿Quién puede tener miedo a recordar? Sólo el que es consciente de las vergüenzas de su pasado?", apeló en otro momento de su alocución, en la que pidió vencer toda suerte de "amnesia" o "alzhéimer" con el "mejor antídoto" para ello: "recordar, recordar y recordar".

Así, Rubén Cela lamentó que "es una pena que el Partido Popular esté más preocupado por devolverle los honores a Millán Astray o garantizar el 'derecho' de la familia Franco a veranear en Meirás que en recordar las víctimas en el 75 aniversario del golpe de estado franquista".

"casal hizo más por galicia que todos nosotros juntos"

"Casal hizo más por Galicia que todos nosotros juntos". Estas palabras de Castelao sobre el alcalde de Santiago en 1936 fueron empleadas por Rubén Cela para advertir que ahora Galicia tiene que hacer algo por Casal: "No olvidarlo y continuar su trabajo".

También fueron evocadas por un testigo vivo, Avelino Pousa Antelo, quien aseguró que su cabeza no sufre de "alzhéimer" y que se presentó como memoria de aquel entonces, cuando acudía a la "imprentiña" de la Rúa do Vilar a "charlar" con Casal, que lo recibió "primero como chaval y después como hombre", y para el que llegó a vender libros editados en gallego por las ferias próximas a Compostela.

Sobre Casal, Pousa Antelo dijo que era "eficaz como él solo", "irrepetible" y "uno de los grandes hombres que parió Galicia". Contó un enfrentamiento verbal que presenció entre él y Ramón María del Valle-Inclán, momento en que Pousa Antelo —al ser interrogado por Casal— recomendó al editor de Nós que se preguntase sobre su amistad pero éste le contestó que quizás el vilanovés tenía razón y los que estaban equivocados eran ellos.

Pousa Antelo también aprovechó su emotivo discurso, interrumpido por los aplausos del más de centenar de personas que acudieron, para apelar a la visita del Papa con el fin de lanzar la posibilidad de que si vuelve, que alguien "caciquee" para convertir al galleguista en "San Ánxel Casal". Con todo, tras reconocer que no cree en los santos, sí ha considerado que en el caso gallego se podrían "encargar" y que el Papa debería "venerar" y "arrodillarse" ante la figura de Casal, un hombre "solidario" y que, a su juicio, debería ser "el primer santo gallego de fama".

"Con Casal y por Casal, ahora y siempre", concluyó su proclama Avelino Pousa Antelo, tras lo que sonó interpretado por gaitas el Himno de Galicia que entonaron los asistentes al evento, entre los que se mezclaron turistas, y entre los que estaban diputados y miembros de la Executiva del BNG (como Ana Pontón o Xoán Bascuas), así como el exeurodiputado Camilo Nogueira o Encarna Otero (que entre otras facetas como nacionalista fue alto cargo de la Consellería de Vivenda con el bipartito); junto con representantes de la CIG, la Fundación Alexandre Bóveda y la Fundación Castelao.