Un proyecto piloto busca crear una base de datos gallega sobre accidentes relacionados con los juguetes

El Laboratorio de Consumo de Galicia localizó el 25% de los juguetes peligrosos detectados en 2010, la mayoría relacionados con riesgos por asfixia

La inexistencia de una base de datos específica sobre accidentes relacionados con juguetes peligrosos o defectuosos ha motivado a la dirección xeral de Comercio a estudiar, junto con la Consellería de Sanidade, la puesta en marcha de un hilo conductor entre ese departamento y los hospitales gallegos para obtener información sobre ese tipo de incidencias.

El Laboratorio de Consumo de Galicia, único en todo el Estado y que analiza desde productos de consumo a mecánicos, de tipo téxtil o eléctricos y químicos, ha localizado el 25 por ciento de todos los juguetes peligrosos detectados en 2010 en España y un total de 22 incumplimientos "graves" en lo que va de año. En total, de las 447 alertas comunicadas el pasado ejercicio, Galicia cuenta con 87, el mayor número de todo el Estado.

A pesar de ello, según ha aclarado la directora xeral de Comercio, Nava Castro, estas cifras "no quieren decir" que Galicia sea la Comunidad Autónoma "en la que más problemas hay" en esta materia, sino que es la que "localiza más" elementos defectuosos por realizar una tarea de inspección "bastante asidua".

De ahí que el departamento autonómico, en colaboración con Sanidade, busque crear un sistema de recopilación de datos para contar con información sobre incidencias relacionadas con juguetes, con el fin de analizar su gravedad y si se deben a elementos defectuosos o "a su mala utilización". Actualmente, la mayoría de las muestras analizadas se deben a reclamaciones (44%), campañas estacionales (33%), encargos privados (13) o de oficio (12).

Las deficiencias registradas son "muy variadas", de objetos fabricados en China y muchas tienen que ver con riesgo de "asfixia", como pueden ser una locomotora, una lámpara quitamiedos, un dinosauro, un juguete con dos pistolas o un disfraz cuyos orificios no se correspondían con la normativa exigida.

Cada juguete defectuoso que se detecta se introduce de inmediato en una ley de alerta estatal para el conocimiento del resto de Comunidades Autónomas y la Inspección levanta acta sobre el mismo, mientras que los establecimientos suelen "firmar la retirada voluntaria" del objeto defectuoso. Asimismo y dado que hay "presunción de conformidad" con el etiquetado CE, las aduanas "no están analizando todos" y a veces hay "alguno que falla". RIESGOS

Ante estas circunstancias, tanto Nava Castro como la gerente del Instituto Galego de Consumo, María Jesús Muñoz Chesa, recomiendan incrementar la precaución a los padres ante los juguetes infantiles que emplean sus hijos durante el verano y, sobre todo, que sean adecuados a la edad mental y actividades físicas del niño.

El producto debe venir con el logo de CE, el nombre y dirección del responsable, instrucciones de manejo (que deberán ser consultadas por los padres), en el idioma oficial, que no tenga bordes cortantes y "sin fuente de alimentación" de menos de 24 voltios. En el caso de los juguetes náuticos, es necesario prever problemas de desinflado y cerciorarse de que las cuerdas tengan un máximo de 220 milímetros (para menores de tres años), ante riesgo de ahogamiento.

Otros problemas detectados por el Laboratorio están relacionados con láminas de plástico, materiales expandibles (cuyo tamaño aumenta mucho en caso de ingesta), bordes cortantes, máscaras y cascos con escasa ventilación, proyectiles y piezas pequeñas, cuerdas demasiado largas, piezas arrancadas, inflamabilidad, materiales químicos en ropa, problemas eléctricos por fuentes de alimentación accesibles, o adhesivos informativos desprendibles al mojarse.

Otras recomendaciones

Asimismo, se han referido a los riesgos para la población en general motivados por otro tipo de productos que se utilizan mucho en verano, como las gafas de sol o los protectores solares. En el primer caso, han recomendado comprobar que cuenten con nombre y dirección del responsable, categoría de filtro, número y año de la norma europea, marcado CE y, en caso de que sean de categoría cuatro, es obligatorio que se especifique que "no son adecuadas para conducir".

En lo que respecta a la protección solar, cada producto debe indicar su eficacia, evitar reclamos como "pantalla total" -que "no existe"-, información sobre el periodo máximo de permanencia y sobre su resistencia al agua.

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