Ecologistas catalanes llaman a la "resistencia" para evitar que Ascó funcione hasta 2021

Grupos ecologistas catalanes han lanzado una "campaña de resistencia" para evitar que el Gobierno prorrogue hasta 2021 el permiso de explotación de la central nuclear de Ascó (Tarragona), después del informe favorable emitido por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN).
Central nuclear de Ascó
Central nuclear de Ascó
EUROPA PRESS
Central nuclear de Ascó

Grupos ecologistas catalanes han lanzado una "campaña de resistencia" para evitar que el Gobierno prorrogue hasta 2021 el permiso de explotación de la central nuclear de Ascó (Tarragona), después del informe favorable emitido por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN).

Agrupados alrededor del colectivo Tanquem les Nuclears (Cerremos las Nucleares), unas 250 entidades y asociaciones, además de unas 2.500 personas a título individual, han firmado un manifiesto público en Internet que recaba apoyos para evitar la prórroga de Ascó.

En un comunicado, los ecologistas analizan el informe favorable emitido por el CSN y concluyen que, pese a realizar un "reconocimiento explícito de que la central nuclear tiene deficiencias", permite que los propietarios de la central continúen operando posponiendo las mejoras necesarias.

En concreto, aseguran que el informe establece 9 condiciones de operación cuyo cumplimiento puede realizarse hasta un año después de la prórroga, además de otras 17 instrucciones técnicas complementarias, que serán dirigidas directamente al titular de la planta en un futuro.

"Las dos decisiones suponen una negación de todo lo ocurrido en Fukushima y una burla a las prioridades de seguridad", han terciado los ecologistas, que consideran que el CSN pasa por alto el centenar de incidencias registradas en los últimos 4 años, entre ellas la fuga de partículas radiactivas de 2007 que fue ocultada durante meses por el titular de la planta. VANDELLÒS I

De hecho, los ecologistas van más allá y equiparan lo que podría suceder en Ascó con lo que ocurrió en Vandellòs I en 1989, cuando un suceso provocó la clausura de un reactor tres años después de prorrogar la licencia de operación y con la resaca todavía del accidente de Chernóbil.

Tanquem les Nuclears, que movilizó en junio a unas 2.500 personas en Barcelona en una manifestación que reclamaba el cierre de las nucleares, precisa que el problema no resuelto de Fukushima es una "seria advertencia" de lo que podría suceder en Catalunya.

Además, considera que las centrales de cogeneración de gas, las centrales hidráulicas, eólicas, solares y geotérmicas podrían suplir el suministro eléctrico que sale de Ascó, como ya sucede cuando la central está parada.

El CSN ha dado su visto bueno a la prórroga de Ascó por unanimidad, tras analizar 39 informes técnicos especializados y haber realizado 324 inspecciones en una década, si bien reconoce en su informe que no están incluidos los requisitos que puedan derivarse de las pruebas de resistencia encargadas tras el accidente de la japonesa Fukushima.

Ascó concentró durante 2010 alrededor del 40% de los sucesos notificados por las nucleares españolas al CSN, lo que implica que las dos unidades de producción eléctrica de Ascó acumularon 10 de las 25 notas informativas y 17 de las 39 reseñas que se produjeron en ese tiempo.

Paralelamente, el Juzgado de Instrucción de Gandesa (Tarragona) investiga la fuga de partículas radiactivas de 2007, un suceso por el que se mantiene imputado el ex director de la central y que provocó la imposición de la mayor multa de la historia nuclear española.

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