Sebastián Gómez, un agricultor de la localidad sevillana de Los Palacios y Villafranca ha cultivado una calabaza que pesa 82 kilos que ahora expone en una taberna del municipio y que pretende llevar a concurso el próximo día 5 de agosto, junto a otra de un tamaño menor pero también de grandes dimensiones, de 54 kilogramos.

En declaraciones a Europa Press Televisión, Gómez ha recordado que empezó "hace dos años" a cultivar "calabazas gigantes" al conseguir unas "simientes buenas", a pesar de que su especialidad son las sandías y las uvas también de gran tamaño.

No obstante, ha indicado que el primer año consiguió cortar una calabaza de 50 kilogramos de peso, pero en su afán por superarse ha conseguido en esta ocasión cultivar una de 82 kilogramos. "Me voy superando que es lo que siempre intento", ha asegurado y ha añadido que su objetivo es llegar a cortar una calabaza de "300 kilos", hecho que como ha admitido "es posible" e, incluso, superar dicha cantidad aunque para ello necesitaría "500 metros cuadrados de tierra y mucho tiempo" de espera.

El problema al que tiene que enfrentarse este agricultor palaciego cada vez que siembra es al robo del cultivo por lo que, aunque lo cree posible, ve "complicado" alcanzar otro fruto con un peso superior.

El secreto:

"mucho mimo"

Aunque Gómez nunca ha desvelado el secreto que hace crecer sus frutos hasta tamaños inimaginables, sí ha apuntado algunos detalles necesarios para que alcancen dicha dimensión. "El secreto del cultivo gigante consiste en echarle mucho mimo, igual que han niño pequeño cuando nace", ha señalado, al tiempo que ha matizado que es necesario "estar siempre con ella, muy pendiente para que no le falte de nada y regarla, no tiene más secreto".

Cerca de "85 días, 15 horas al día pendiente siempre" de estos gigantescos frutos ha tardado este agricultor en cultivar la calabaza hasta alcanzar los 82 kilos de peso, aunque ha admitido que "debería haber estado una semana más en la mata" pero por "miedo" a que se la roben ha decidido cortarla antes de tiempo. Por el contrario, la de 54 kilogramos ha dicho que "debería haber estado un mes más" para que alcanzara una dimensión mayor. Así pues, ha asegurado que ha sido "un milagro" que este año haya podido cortar las matas de calabazas "sin que se las lleven".

"La gente del pueblo está sorprendida" con los frutos que cultiva Gómez, aunque este agricultor no quiere ser modesto y admite que hay otros que pueden superar su peso. Sea como fuere, estas calabazas van a ir a concurso el próximo cinco de agosto, junto a sandías y racimos de uvas —estos últimos de seis kilogramos de peso— que también ha cultivado con dimensiones enormes. Eso sí, no sabe si ganará pero para él "lo importante es participar".

Junto a estas calabazas gigantes, también ha expuesto unos frutos de origen marroquí conocidos como "guitarrinas", por su forma de guitarra, que "son como una nevera" puesto que "mantienen el agua fría". "Se dejan secar y sirven para enfriar el agua", ha concluido.