Breivik reconoce ser el autor de la matanza de Noruega, pero se declara no culpable

Anders Behring Breivik, autor de la matanza de Noruega, en una de sus visitas a los juzgados.
Anders Behring Breivik, autor de la matanza de Noruega, en una de sus visitas a los juzgados.
REUTERS
Anders Behring Breivik, autor de la matanza de Noruega, en una de sus visitas a los juzgados.

El juez instructor del caso por el doble atentado en Noruega (en el que murieron 76 personas, según la cifra actualizada este lunes por la Policía noruega) aseguró que el acusado, Anders Behring Breivik, ha reconocido haber colocado el coche bomba en Oslo y haber tiroteado a los jóvenes de la isla vecina de Utøya, aunque "no se siente culpable".

Behring, de 32 años, permanecerá cuatro semanas en completo aislamiento (sin recibir cartas, visitas o conceder entrevistas), hasta el 22 de agosto, y al menos otras cuatro semanas más en prisión preventiva, hasta el 26 de septiembre. La fiscalía tiene la opción, no obstante, de solicitar la extensión de este período de prisión provisional para poder proseguir con la investigación, explicó la portavoz del juzgado de distrito de Oslo.

Un extracto de la declaración de l juez sobre el caso indica que "el acusado es sospechoso de haber cometido un delito que comportará una pena de más de seis meses de cárcel". Además, según el juez, "la confesión del acusado está respaldada por pruebas".

El juez consideró que estas medidas "no son desproporcionadas", dados los crímenes de que se le acusan y los riesgos de fuga y de que se pierdan evidencias. Este fin de semana, un portavoz policial noruego aseguraba que la condena máxima para Anders Behring alcanzaría los 21 años.

"El detenido aseguró (ante el juez) que necesitaba perpetrar estos atentados para salvar a Noruega y a Europa occidental de los musulmanes y del marxismo cultural", aseguró una portavoz del juzgado de distrito de Oslo en una comparecencia ante los medios tras la comparecencia del detenido ante el juez instructor. El autor de la masacre declaró que su objetivo era "castigar a la socialdemocracia" por traicionar al pueblo noruego al haber fomentado la "importación masiva de musulmanes".

Behring explicó que con su acción buscaba "limitar" las posibilidades futuras del Partido Laboral (PA) noruego de acceder al poder, así como mandar una "señal fuerte" que "no pueda ser malinterpretada". Además, aseguró que tiene "otras dos células" en su organización. En este punto, la Policía noruega indica que el autor de la masacre "se contradice a sí mismo", ya que este fin de semana aseguró en un interrogatorio que había acometido la matanza en solitario.

Por ello, las autoridades noruegas desconfían de la nueva declaración del detenido y están convencidas de que actuó solo. "Pensamos que el acusado tiene bastante poca credibilidad en sus declaraciones, pero ninguno de nosotros se atreve a descartar completamente cualquier cosa", según declaró una fuente conocedora de las pesquisas.

Su declaración tuvo que ser interrumpida por el juez en el momento en que el autor de la masacre aprovechó la ocasión para hablar de su manifiesto, según informa el diario VG. Además, en el momento de la declaración, el acusado manifestó ser consciente de que podría pasar el resto de su vida en la cárcel.

Vigilado desde marzo

Por otro lado, según han informado medios noruegos, Behring estaba incluido desde marzo en una lista de la Policía secreta noruega (PST) por haber comprado químicos de manera ilegal por Internet. Sin embargo, el servicio de inteligencia noruego no actuó en ese momento contra Anders Behring Breivik porque no era considerado "relevante", según informa la cadena SkyNews.

La jefa del PST, Janne Kristiansen, confirmó a la cadena pública de televisión NRK que Behring levantó las sospechas de su departamento, tras haber realizado el pago de 120 coronas (unos 15 euros) a una empresa polaca, lo que hizo que ingresara en la lista.

La cantidad, sin embargo, no era suficiente como para pasar a una "vigilancia activa".

Quería repercusión mediática

Behring abandonó entre abucheos el juzgado del distrito de Oslo después de declarar ("tranquilo y sereno", según el diario noruego VG) ante el juez instructor del caso sin la presencia de medios, contrariamente a la intención del detenido de dar repercusión mediática a su declaración.

Anders Behring Breivik, de 32 años y definido como un fundamentalista cristiano, islamófobo y ultraderechista, ya había admitido en interrogatorios policiales su participación en la masacre, donde calificó su matanza de "atroz, pero necesaria".

Según explicó su defensa, Breivik había manifestado asimismo su disposición a ofrecer una amplia declaración ante el juez, para la que deseaba, además, la presencia de los medios.

El objetivo de la matanza de Utøya

En toda Noruega se guarda este lunes un minuto de silencio por las 76 víctimas mortales del doble atentado, ocurrido el viernes en el complejo gubernamental de Oslo, seguido de la matanza en un campamento de las juventudes socialdemócratas en la isla vecina de Utøya.

Según informa este lunes el diario Aftenposten, el propósito del presunto autor de la matanza era asesinar asimismo en la isla a la ex primera ministra Gro Harlem Brundland, que ese día había visitado el lugar.

Brundland, de 72 años, es una de las figuras más destacadas internacionalmente de la política noruega, ya que además de varias legislaturas al frente del gobierno fue secretaria general de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Usó munición prohibida en las guerras

El presunto autor de la masacre usó un tipo de munición especial, prohibida en las guerras, para causar la mayor matanza posible en su ataque al campamento juvenil, según un médico que ha atendido a las víctimas.

En una entrevista en la edición digital de VG, el cirujano jefe del hospital Ringerike, Colin Poole, que ha tratado a 16 heridos en el tiroteo de la isla de Utøya, aseguró que el agresor empleó las denominadas balas dum-dum (de tipo expansivas), que tienen los extremos (la punta y el culote) huecos para que el núcleo se fragmente en el impacto.

"Esas balas más o menos explotaban dentro del cuerpo de las víctimas. Las heridas internas que tenían eran absolutamente terribles", explicó Poole.

"Los fragmentos son tan pequeños... nunca había visto algo así", señaló Poole, que cuenta con 26 años de experiencia.

El pasado viernes, Behring Breivik mató al menos a 76 personas (8 en Oslo y 68 en Utøya), según el último recuento oficial, en dos atentados coordinados que lanzó en Oslo y, dos horas después, en el campamento de las juventudes socialdemócratas de la isla de Utøya, a unos 40 kilómetros de la capital noruega.

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