Presidir la gestora es un honor, una casualidad...

Un honor, sin duda, y casualidad, porque hay más gente capacitada. La responsabilidad pesa, pero yo la asumo.

¿Cuáles van a ser sus competencias directas?

Tiene algunas limitaciones. Nuestro objetivo es la administración ordinaria del Ayuntamiento. El proyecto de reglamento que se aprobará hoy fijará las competencias, que serán amplias y muy similares a las de un pleno normal. Aunque nunca me consideraré alcalde; soy presidente.

Su nombramiento nace sin consenso (el PP se abstuvo), ¿espera batalla política del PP o colaboración?

Espero mucha colaboración. Se lo he pedido a todos los comisionados. Sería un error no tener una estrecha colaboración entre todos los partidos.

¿Dónde prevé más escollos?

Sobre todo, problemas en urbanismo, aunque también la economía está por los suelos. El Ayuntamiento es un auténtico caos.

¿Qué se puede hacer para recuperar la confianza del pueblo de Marbella?

Debemos mostrarle que se puede hacer gestión honradamente, que hay políticos decentes. Ofreceremos a los vecinos los cauces precisos para controlar la gestión política.

¿Espera encontrarse más corrupción?

No me sorprendería.

¿Existen más ‘Marbellas’ en España?

De las dimensiones de este escándalo, no, pero sí de menor escala en otros municipios de todo el país y en la costa en general, donde hay mucho dinero y proliferan los especuladores.

¿Es real la imagen que España tiene de Marbella?

Lamentablemente, no. Hay que distinguir el equipo de Gobierno marbellí de estos últimos años con toda la gente honesta de la localidad, como trabajadores, empresarios...