Los más de 600 médicos de familia que integran la Sociedad Murciana de Medicina de Familia y Comunitaria (Smumfyc) han pedido a los pacientes menos pasividad ante los efectos del sol durante los meses de verano y, especialmente, en los días más calurosos para prevenir golpes de calor, cuando la temperatura corporal llega a superar los 40 grados.

Y es que, alertan en un comunicado, el calor afecta a todos por igual, y no solo a los colectivos sensibles, por lo que los profesionales de Atención Primaria de la Región ofrecen en las consultas recomendaciones para prevenir quemaduras provocadas por una exposición prolongada al sol, un hábito "totalmente desaconsejable".

En opinión del presidente de Smumfyc, Juan de Dios González, "tomar el sol sin protección es un peligro por las quemaduras, porque acelera la aparición de arrugas, de manchas y de cáncer de piel y porque provoca cuadros de agotamiento que se caracterizan por una debilidad generalizada, mareos, fatiga o pérdida pasajera de conciencia".

Los más vulnerables ante los rayos del sol son, según la sociedad científica murciana, los niños (si son menores de 3 años no es recomendable nunca la exposición directa), los mayores (mejor que anden siempre por la sombra y beban abundante agua para evitar la deshidratación), las personas con piel clara y muchos lunares (protegerse con sombreros que cubran la nariz, los párpados y las orejas, y utilicen protectores que contengan factores del número 30 e incluso más altos), y aquellos con antecedentes familiares de cáncer de piel, a los que se pide en cualquier caso consultar con su médico de familia.

No obstante, el doctor González Caballero aboga por protegerse del sol "incluso dentro del agua y en la nieve, de modo que la protección se hace necesaria tanto en la playa como en la montaña".

Síntomas del golpe de calor

Smumfyc también aconseja tomar precauciones frente a los golpes de calor, especialmente si se trata de menores de 3 años; de ancianos, que estos días tienen alterado su mecanismo de termorregulación; y de personas que toman algún tipo de medicación o tienen mermada su capacidad de decisión, como es el caso de enfermos de Alzhéimer.

González Caballero expone que en una primera fase las personas que padecen un golpe de calor empiezan a sufrir calambres y debilidad muscular.

Luego se empieza a sudar y se experimenta una cierta desorientación, hasta que la temperatura corporal se incrementa y desaparece la sudoración, hasta el punto de poder llegar a sufrir un fallo multiorgánico e incluso la muerte.

La manera más sencilla de comprobarlo es pellizcar la piel, ya que si la huella de los dedos tarda en desaparecer es que necesitamos hidratarnos.

La mejor manera de hidratarse es, según la Sociedad Murciana de Medicina Familiar y Comunitaria, ingerir agua, zumos e infusiones, evitar bebidas con gas y, por supuesto, las que tienen contenido alcohólico.

En cualquier caso, Smumfyc pide a los pacientes que ante un golpe de calor se avise a los servicios de urgencia y se acompañe al enfermo hasta un sitio fresco y tranquilo, donde se le ayude a rebajar la alta temperatura corporal con un baño de agua fría, paños mojados y se le proporcionen agua o zumos.