Estos días de sol y calor ir de rebajas, pasear por la capital o salir a hacer gestiones al centro es un auténtico infierno. Las altas temperaturas abrasan estos días a quienes transitan por las plazas de granito que copan la ciudad y a las que se suma la calle Preciados, donde aún no se han instalado los tradicionales toldos que alivian a los paseantes, según denuncian los comerciantes de la zona, que desde abril están a la espera del permiso municipal.

Los toldos de la calle más comercial de Madrid se colocan normalmente en la segunda quincena de junio, pero el año pasado ya se demoraron y todo apunta a que este van por el mismo camino. "No hay ningún problema para poner los toldos. A los comerciantes les faltaba presentar un papel y no lo hicieron hasta el lunes", explicaron a 20 minutos fuentes del Ayuntamiento de Madrid.

La versión de los empresarios es muy diferente. "Presentamos la documentación el 10 de abril y desde entonces nos han dado largas. No creemos que quieran boicotearnos, pero nos consta que al alcalde no le gustan nuestros toldos, aunque es el mayor acierto comercial que hemos tenido", afirman desde la Asociación de Comerciantes de Preciados-El Carmen. "Nos cuestan una pasta, pero animan a los clientes a pararse en los escaparates y a disfrutar de las compras sin tanto calor", dicen. Un alivio que llega también a las calles Carmen, Arenal y adyacentes.

Este diario supo este jueves que, tras recibir la llamada de 20 minutos, la Junta Municipal de Centro se puso en contacto con los comerciantes para comunicarles que "el permiso de instalación de los toldos había sido concedido el 28 de mayo", por lo que nadie entiende a qué se debe la demora.

Lo que sí parece cierto es que la autorización para instalar los toldos se retrasa año tras año desde hace dos, coincidiendo con la ordenanza que vela por la estética y la publicidad exterior en la vía pública, que es de 2009.

Por otra parte, las asociaciones vecinales de las zonas afectadas por la remodelación de plazas como la de Ópera, Callao, Felipe II, Cortes o Soledad Torres Acosta siempre han denunciado que los jardines y pérgolas iban a perder la batalla frente al avance del granito. Y sus temores se han confirmado.

La escasez de sombras llega incluso a Madrid-Río, donde algunos árboles, habituados a otros climas, se están secando por un "ambiente muy inhóspito y seco y la falta de tierra para que echen raíces", explican desde Ecologistas en Acción.

"El año pasado ya tardaron en ponerlos"

Patricia Bocanegra y Ania González, 22 y 27 años. w «Trabajamos haciendo socios para una ONG y el calor es insoportable. El año pasado ya tardaron mucho en poner los toldos aquí en Preciados».

"Me meto corriendo en las tiendas"

Gustavo Alcalá Solís, 31 años. "Hace calor en todas partes. Yo he venido al centro a pasear desde Usera y lo que hago es meterme corriendo en las tiendas y paso de los escaparates".

"Los toldos dejan el suelo más fresquito"

Juan Luis Begara y Carolina Aguilar, trabajan en una farmacia. "Con los toldos la gente se para más en el escaparate y notas que el suelo está más fresquito e incluso las palomas cagan menos a la clientela".

La conversión del edifico de Correos en la nueva sede municipal de Gallardón ha costado 124 millones de euros para adecuarlo tal y como está en la actualidad. Pero dentro de este presupuesto no figura el mobiliario urbano o los tan preciados árboles. El acceso principal por la plaza de Cibeles es un erial de granito que no invita a detenerse.

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