El día en el que Sinatra y Harlan Ellison casi se parten la cara en un bar

En su célebre 'Frank Sinatra has a cold', Guy Talese recogía el momento en el que Sinatra se encaró con el guionista con peores pulgas de Hollywood: Harlan Ellison
El día en el que Sinatra y Harlan Ellison casi se parten la cara en un bar
El día en el que Sinatra y Harlan Ellison casi se parten la cara en un bar
El día en el que Sinatra y Harlan Ellison casi se parten la cara en un bar

Esta mañana tocaba despedir a uno de los más grandes guionistas y escritores del género de ciencia ficción, Harlan Ellison. El autor de No tengo boca y debo gritar fallecía anteayer a la edad de 84 años y si en algo coincidían compañeros de profesión como Stephen King, Warren Ellis o Michael Chabon es en el explosivo carácter de un personaje que siempre estaba metido en broncas.

When I was writing the sadly stillborn #Scorsese adaptation of #GayTalese’s FRANK SINATRA HAS A COLD, I reveled in the famous Daisy club pool-table showdown between Sinatra and the late great #HarlanEllison. To Sinatra, Ellison was a foppish nobody, but that night in 1965, he picked the wrong patsy. Harlan—a magical writer, at his best, and one of my culture heroes when I was in my mid-to-late teens—did not give an inch to Sinatra’s practiced, arbitrary and waspish bullying. He was bellicose, tendentious, litigious, famous for picking fights with everyone and winning most of them. In 2003 I had the misfortune to be his editor, for the first McSweeney’s collection I put together as a benefit for @826national. For a long time everything went fairly smoothly, Harlan was mostly genial, charming and respectful, though he did used to call me up regularly and yell *around* me—not at me—about whatever was irking him at the moment. But then the day came. I don’t quite remember what I had done to piss him off. I think it was that his story had been one of a select number included in and recorded for the audiobook version of the anthology without his express permission. On this day, however, it was Ellison who had picked the wrong patsy: @ayeletw answered the phone. He started to growl his grievances with me and #DaveEggers to her, betrayed, stabbed in the back, but he didn’t get very far. Ayelet began with something like, “You know, Harlan, you have some nerve...” Two minutes later, when she handed me the phone, he was a sputtering, mumbling, thoroughly chastened old bear. “What did I *do*?” he kept saying, as he carefully backed down. #rip Una publicación compartida de Michael Chabon (@michael.chabon) el 28 Jun, 2018 a las 11:32 PDT

Como recordaba Chabon en su recuerdo, la casualidad quiso que el macarrismo del  escritor quedara inmortalizado en Frank Sinatra has a cold (Frank Sinatra tiene un resfriado), una de las piezas clave del llamado Nuevo Periodismo y con el que Guy Talese debutó en las páginas de Esquire en 1966.

Sinatra, aunque poco amigo de las entrevistas, estaba muy molesto con los comentarios que surgían a raíz de su relación con una jovencísima Mia Farrow, con lo que autorizó a que Talese le siguiera durante tres meses para reflejar cómo era realmente la vida del músico y actor de títulos como El mensajero del miedo, De aquí a la eternidad o De Repente.

El día en el que Sinatra y Harlan Ellison casi se parten la cara en un bar

El texto de Talese empieza dibujando un Sinatra con problemas para cantar porque ha cogido un resfriado, lo cual no es más que una metáfora del abismo al que empieza a asomarse el líder del Rat Pack una vez que se acercan nuevos y radicalmente distintos aires a la música juvenil. Así, el chulesco Sinatra iba a intentar pagar su frustración con el tipo equivocado, un guionista con mucha mala leche y que acababa de firmar el guion de El Oscar. Su nombre, como ya habrás anticipado, era Harlan Ellison.

La historia recogida por Talese nos lleva a una noche en un bar de Los Ángeles. Allí, un grupo de chicos, vestidos a la nueva moda, juega al billar, mientras Sinatra, sentado en una esquina, les observa hasta que decide levantarse buscando bronca con ellos.

El actor coge a uno de los chicos, interesándose en el tipo de cuero del que están hechas las botas que lleva. El tipo pasa de él, de primeras no quiere meterse en una bronca con Frank Sinatra en un bar de noche, y tras varias preguntas, le responde que no tiene ni idea y que deje de hablarle.

Sin embargo, el canalla de los ojos azules no se da por vencido. Se dirige de nuevo al chico para decirle que no le gusta su forma de vestir. Los amigos del joven ven que los problemas están empezando a flotar en el aire del local e intentan llevárselo de allí. Pero ya es tarde y Ellison ha decidido encararse con Sinatra.

"¿En qué trabajas?", pregunta el cantante, a lo que el chico contesta "Soy fontanero". Mientras la tensión sigue creciendo, alguien le explica a Sinatra que ese tipo de tiene delante no es un fontanero, que en realidad es el guionista de El Oscar.

El día en el que Sinatra y Harlan Ellison casi se parten la cara en un bar

Ya es tarde para parar y Sinatra, decidido a seguir la provocación, le dice que la película es una mierda. Ante esto, Ellison le explica que está mintiendo, porque El Oscar todavía no se ha estrenado en los cines, con lo que es imposible que la haya visto.

Brad Dexter, el actor de Los Siete Magníficos y La Jungla de Asfalto que nunca se separa de Sinatra, interviene para intentar que Ellison haga caso a sus amigos y se marche del bar, pero Sinatra es el primero que no quiere que eso suceda. Solo están hablando, le explica, mientras repite que él sí ha visto El Oscar y que se reafirma: es una mierda de película.

Cuando la tensión entre ambas figuras parece llegar al punto culminante, Talese cesa en su descripción (¿Significa eso que ahí hubo algo más que palabras?) y solo la retoma con Ellison finalmente abandonando el bar.

En ese punto, todo el mundo en el local ha escuchado que el mismísimo Frank Sinatra está a punto de / ha llegado a las manos con un joven guionista, de modo que el manager del local baja a toda prisa a ver lo que está sucediendo.

Cuando llega, la bronca ya ha terminado y Ellison está fuera, rumbo a buscar otra mesa en la que jugar al billar, pero nada más ver al empleado, Sinatra le ordena "No quiero a nadie en el local que no lleve chaqueta y corbata".

Desde luego, los tiempos estaban cambiando y Frank Sinatra no lo estaba llevando bien.

Si quieres leer el texto original de Frank Sinatra has a cold, lo tienes disponible aquí.

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