Buenos Aires, 25 años después de Jorge Luis Borges

  • La huella del escritor sigue viva en la capital argentina, repleta de calles y plazas que, como sus libros, esperan ser recorridos.
  • En sus libros, sobre todo en los primeros, Borges mostró pasión por su ciudad.
  • BLOG: El infinito Borges en 20 bocetos.
Una imagen de la ciudad de Buenos Aires, en la famosa plaza del obelisco.
Una imagen de la ciudad de Buenos Aires, en la famosa plaza del obelisco.
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Una imagen de la ciudad de Buenos Aires, en la famosa plaza del obelisco.

Jorge Luis Borges, uno de los porteños más influyentes del s. XX, murió hace 25 años en Ginebra un día como hoy. Pero el ensayista, cuentista y poeta que jamás recibió el Nobel es siempre identificado con su natal Buenos Aires, que desde hoy ofrece una exposición permanente sobre la vida y obra borgesiana, Historias de un universo escrito.

En sus libros, sobre todo en los primeros, Borges mostró pasión por su ciudad. ¿La suerte? Que 25 años después de su muerte esta conserva el encanto que sedujo al escritor. Tucumán 840, el lugar donde nació en 1899, ha cambiado: ahora es el corazón del microcentro porteño, una rejilla de calles ruidosas y llenas de gente y coches. Pero Palermo, el barrio donde creció, sí desprende aún cierto aroma de otra época.

Rodeada de cafés y casas bajas, la plaza Serrano es conocida por los locales como plaza Borges, y durante el día es el reducto perfecto para releer su reflexiva obra. Relativamente cerca sigue la calle Corrientes, llena de librerías con los estantes repletos de obras maestras a buen precio. E, imperecedera y siempre distinta, también La Boca sigue en su sitio: junto al cada vez más sucio riachuelo, pero sembrada de multicolores y humildes casas de lata que ahora atraen a los turistas. Borges murió, pero hoy su ciudad está más viva que nunca.

"No nos une el amor sino el espanto; será por eso que la quiero tanto". Se lo dijo Borges a Buenos Aires en Para las seis cuerdas, poemario de 1965. Ya antes, en 1923 y en Fervor de Buenos Aires, el escritor habló de "las calles desganadas" de Palermo, de las "lentas filas de panteones" que todavía impresionan en La Recoleta, de la "serena y sazonada" plaza de San Martín. La ciudad y sus libros: inmejorables formas de conocer a un maestro.

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