El Danubio Express, el lujo de viajar en tren por Europa

  • Las diferentes rutas atraviesan el centro y este de Europa.
  • Su interior hace retroceder hasta los años 50.
  • Cuenta con modernas instalaciones, al servicio del pasajero.
Una experiencia diferente y sofisticada.
Una experiencia diferente y sofisticada.
danube-express.com
Una experiencia diferente y sofisticada.

En la mayoría de las ocasiones cuando uno piensa en viajar y visitar nuevas ciudades pocas veces se plantea que el tren pueda ser algo más que un medio que nos permita alcanzar nuestro destino. Pero los más nostálgicos y románticos encuentran en este discurrir sobre raíles un modo distinto de disfrutar de unas vacaciones, que va más allá del simple hecho de moverse de un sitio a otro, gracias a una serie de trenes de lujo que permiten descubrir el mundo de una forma diferente.

Rodeado de “glamour” y en un ambiente en el que se cuida hasta el más mínimo detalle, el Danubio Express se presenta como un tren donde la modernidad y el recuerdo del pasado se dan la mano para acompañar al viajero en este recorrido que le lleva a explorar nuevos destinos.

Todos a bordo

Se trata de una oportunidad para vivir una experiencia diferente y sofisticada. Mientras en el exterior vemos pasar los más variados paisajes, el tiempo parece haberse detenido en su interior.

Muchos lo consideran un hotel sobre ruedas que permite visitar diversas ciudades sin necesidad de cargar el equipaje continuamente. Uno parece estar en un sueño, y desde el inicio hasta el final el personal estará atento a que nada le falte.

Este viaje lleno de mágicas combinaciones, destaca por su ambiente exclusivo, en el que sólo 42 pasajeros serán los privilegiados en cada recorrido. Entre los ocho vagones que componen este tren turístico “guiado” por una moderna locomotora, se puede optar por un compartimento en el llamado “clásico coche-cama” o disfrutar de un compartimento “de lujo”.

El primero de ellos está concebido sobre todo para el viajero que va sin acompañante. Estos vagones, completamente restaurados, formaron parte en los años 40 y 50 de la flota húngara y líderes comunistas como János Kádár, al que no le gustaba volar, los usaron con asiduidad. Sus compartimentos conservan los paneles de madera sobre las paredes y muebles de la época. Cuenta también con una sala de estar. Y aunque tiene lavabo, la ducha y el baño son compartidos por hasta cuatro viajeros.

Por su parte, los vagones que acogen los llamados “coches-cama de lujo” dan cabida únicamente a cinco compartimentos cada uno, en los que se ha prestado especial atención al diseño y se ha conseguido encontrar el perfecto equilibrio entre la más moderna tecnología, una decoración exquisita e instalaciones a la altura de lo esperado. En su interior, cuentan con un baño completo. Durante la cena lo que es una aparente sala de estar con sillones y amplios armarios, para disfrutar de un tranquilo viaje, se convierte en un cómodo dormitorio, gracias a la labor del personal.

El tren se completa con un elegante vagón-restaurante, donde se pueden degustar las especialidades típicas de las diferentes regiones, elaboradas con ingredientes locales y de temporada, mientras se van dejando atrás valles, montañas y pequeños pueblos.

Para terminar la jornada, se puede optar por ir al “lounge”, punto de encuentro y de intercambio de vivencias mientras se disfruta sin prisas de una buena conversación, un café o una bebida, amenizado todo con las notas musicales del pianista que actúa cada noche.

Recorriendo el centro y este de Europa

Esta forma de viajar, que lleva incluida las comidas y bebidas (así como el vino de la casa), ofrece diferentes rutas que atraviesan hasta seis países de la Europa central y oriental, y numerosos puntos de interés histórico, artístico, cultural y arquitectónico, entre los que se encuentran algunos que han sido declarados Patrimonio de la Humanidad.

Existen recorridos de cuatro, nueve, once y trece días, y los que aún tengan ganas de descansar un poco más pueden optar por extensiones a Budapest y Praga, o Budapest y Viena. Así, por ejemplo, es posible recorrer durante trece días desde el Bósforo hasta las orillas del Báltico, pasando por Bulgaria, Rumanía, Hungría, Eslovaquia y Polonia, o nueve, descubriendo la vida y la arquitectura de las zonas rurales de Bulgaria, o la esencia polaca.

Los viajes en el Danubio Express comienzan en Estambul, Varsovia y Budapest.

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