Entonces, el chico se pasó varios días siguiéndola y acosándola, hasta que la noche del martes decidió entrar en la residencia de religiosas en la que vive la chica. Así, el chico saltó la valla que protege este centro para acosar y amenazar de muerte a la joven. Rompió dos farolas del jardín y aporreó la puerta. La Ertzaintza se lo encontró ya fuera de la valla, desnudo de cintura para arriba y gritando muy alterado. L. D. P. tiene antecedentes y sobre él había una orden judicial de averiguación de su paradero.
Amenaza de muerte a una chica en una residencia religiosa
Se conocieron, pero la chica no quiso volver a verlo.
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