Seis jugadores del F.C. Barcelona, Gerard Piqué entre ellos, movieron las caderas junto a Shakira sobre el escenario del Estadio Olímpico, donde la colombiana ofreció este domingo por la noche un concierto que se convirtió en el perfecto colofón de la celebración de la victoria azulgrana en la Champions.

Con hora y cuarto de retraso debido a los cambios organizativos que supuso la llegada de los jugadores del Barça, Shakira apareció con un "bona nit Barcelona" en los labios y los primeros acordes de Why Wait, acompañados de los característicos golpes de melena de la estrella latina.

Lo siguiente que hizo fue meterse al público en bolsillo diciendo en catalán: "Soy tan feliz de estar aquí en Barcelona, sobre todo en un día como éste que hay tanto que celebrar. Espero haceros sentir como en casa, porque esto es ahora mi casa".

Pero lo mejor estaba todavía por llegar, ya que acto seguido invitó a subir al escenario a los jugadores del Barça Piqué (pareja sentimental de la cantante), Xavi, Villa, Pedro, Busquets y Bojan y les pidió que imitaran su inimitable movimiento de cadera al ritmo de Whenever Wherever.

Un público rendido gritó "¡Ser del Barça es lo mejor que hay!" y lució con orgullo las camisetas azulgranas con las que muchos acudieron al espectáculo.

De hecho, la celebración de la victoria del Barça animó la venta de entradas durante las últimas 24 horas, aunque de todas maneras no se cubrieron las expectativas, ya que el Estadio Olímpico tiene capacidad para 60.00 personas, el triple de las algo más de 20.000 reunidas para la ocasión.

Tras recorrer medio mundo, Shakira volvía a Barcelona para dar una segunda oportunidad al público español, al que ofrecerá cuatro conciertos más durante los próximos días en Valencia, Almería, Madrid y Bilbao.

Dos pantallas gigantes y muchas coreografías dieron la artista la oportunidad de lucir hasta siete vestuarios diferentes, entre ellos un vestido azul de princesa y una falda presuntamente flamenca con la que ha simuló ser "gitana".

Un público entregado, entre el que también había niñas encandiladas a pesar de lo avanzado de la hora, pidió con insistencia el Waka Waka, que finalmente llegó a la una de la madrugada y fue el broche de un concierto marcado por la celebración deportiva.