Por si no fuera suficiente con el festival, literal y figuradamente, que el Primavera Sound había preparado en las dos jornadas anteriores, la del sábado reunió probablemente la mayor montaña rusa de sensaciones del fin de semana. De entrada, un plato ligero, Fleet Foxes, de segundo la final de la Champions con el Barça conquistando su cuarta corona europea y de postre una variada oferta que sumaba a PJ Harvey, la electrónica experimental de Animal Collective o DJ Shadow.

En una jornada con mucha menos gente que el viernes, e incluso probablemente que el jueves, los fallos organizativos de días anteriores se minimizaron hasta parecer casi inexistentes. Y en un ambiente mucho más relajado llegaba la primera visita de los Fleet Foxes a España. Reposados, tirando de folk, congregaron a una masa mucho más tranquila que la que veinte horas antes lo había dado todo con Pulp, pero que no dudó en rasgarse las vestiduras y las cuerdas vocales con White winter hymnal. Toca seguirlos de cerca.

Pasados los minutos musicales llegó el que, bromeaban algunos, era el auténtico cabeza de cartel de esta edición del Primavera Sound: la final de la Copa de Europa entre Barça y Manchester United. La retransmisión del partido se mantuvo en secreto hasta el mismo día de los hechos y la propia organización no quiso comentar nada al respecto en kis días previos, pero como indicaba el sentido común se habilitó el escenario Llevant para poder seguir el partido en varias pantallas.

Una jugada en la que todos ganaron, el festival hizo caja con las toneladas de barriles de cerveza que acabaron agotados y evitó colapsos al acabar el encuentro para acceder al recinto y los asistentes, alrededor de 10.000 personas, que se ahorraron un paseo extra fuera del Parc del Fórum para poder seguir el que acabaría por convertirse en el cuarto triunfo del Barça en la mayor competición europea de clubes.

Con uno de los mejores discos de 2009 todavía fresco en la memoria, Animal Collective tenían una papeleta importante que solventar en el escenario principal. Fieles a su costumbre, no defraudaron a todos aquellos que han seguido sus directos: mucha experimentación y pocas concesiones a la audiencia. Maravilloso para unos, estafa para otros, los de Baltimore han cumplido las expectativas creadas. Otra cosa es que el público haya pensado lo mismo.

Una apuesta mucho más segura era la de PJ Harvey. Saliendo a escena justo después de que Abidal levantara la copa en Londres, la cantante ha tirado de un repertorio más centrado en sus últimos trabajos. Ya se sabe, si no arriesgas no ganas, pero también es más difícil perder. Que se lo digan a Animal Collective. Y de fin de fiesta, lo que le pide cualquier festivalero a la organización: electrónica. Y el mejor exponente de la noche del sábado fue DJ Shadow. Versado ya en cierres de citas musicales, el estadounidense tiró de galones para poner la guinda a un festival casi impecable.

Porque salvo el problema con el sistema de pago con tarjetas, que se vino abajo a las primeras de cambio el jueves, la cita barcelonesa sigue consolidándose como una cita esencial del panorama festivalero español. La cifra de espectadores para esta edición se ha situado sobre los 120.000, que han paseado a lo largo de tres días que han visto pasar de todo: leyendas, grupos del momento y bandas a descubrir. Cerrado el telón, toca ponerse manos a la obra para dar de nuevo la bienvenida al verano de la mejor manera posible. Y si es frente al mar, en el Parc del Fórum, mucho mejor.

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