La Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (ASAJA) de Castilla-La Mancha ha realizado una primera estimación de la campaña del melón 2011, en la que calcula que entre 12.000 y 12.500 hectáreas regionales se dedicarán al cultivo de esta fruta.

Según ha señalado ASAJA en nota de prensa, la provincia de Ciudad Real es la que más terrenos dedica a este cultivo, siendo cerca de 10.500 hectáreas de esta provincia las que se utilizarán en la campaña del melón.

En cuanto a la sandía, se calculan unas 3.000 hectáreas en la región, "aunque todavía hay agricultores que se encuentran en plena campaña de siembra", ha señalado la Asociación.

En relación a los precios, aunque ASAJA ha considerado que "es aún muy precipitado hablar de ellos", todo apunta "a unas buenas perspectivas y a un equilibrio en los mercados".

Sin embargo, la Asociación de Jóvenes Agricultores ha recordado que el año pasado la campaña arrancó con precios "razonables", pero finalizó de forma "ruinosa", provocando "la desmotivación de muchos agricultores que decidieron no recoger parte de la cosecha", ha dicho.

Consecuencias campaña 2010

ASAJA ha declarado que las consecuencias de la última campaña han sido la reducción de un 10 por ciento de la superficie de melón. No obstante, en Ciudad Real se espera que, si bien disminuya las hectáreas de melón, aumenten las de sandía.

Por parte de Toledo los agricultores sembraron más cantidad de melón tardío, con lo que la superficie, y por tanto la producción, "tendrán cifras semejantes a las del 2010", ha añadido.

Además, en cuanto al melón de piel de sapo que se cultiva en la región, ASAJA calcula que tendrá una "excelente calidad" porque "el clima, el agua y la tierra castellano-manchega son únicos para este cultivo".

Problemas de comercialización

Uno de los graves problemas de la comercialización del melón es la diferencia porcentual entre el precio de origen y el de destino, "que llega a alcanzar el 400 por cien", según la Asociación de Jóvenes Agricultores.

Una situación que se agrava por el carácter perecedero del producto, que no admite almacenamientos largos y por lo que tiene que ser vendido tras su recolección.

También hay que añadir los costes de producción a los que se enfrentan los agricultores al tratarse de un cultivo de regadío, "pues el coste del gasoil y de las tarifas eléctricas se ha multiplicado en los últimos años", ha explicado ASAJA.