El Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC) acoge, del 26 de mayo al 11 de septiembre en su sede del Monasterio de la Cartuja de Sevilla, la exposición 'Songs by Anika Ström', primera muestra del ciclo centrado en 'La canción como fuerza social transformadora'. Esta denominada sesión-expositiva parte del supuesto de que la revolución más característica de la segunda mitad del siglo XX ha sido cultural y, más concretamente, centrada en la música popular.

Este nuevo ciclo del CAAC trata de analizar el importante papel catalizador que ha tenido la canción en la vida personal y en los movimientos sociales durante los últimos años, se indica en nota de prensa. Esta revolución que partió de la música popular caló hasta contribuir a la transformación de las mentalidades y costumbres individuales, además de afectar a las maneras de relación social.

La muestra de Annika Ström (Helsingborg, Suecia, 1964) es su primera exposición individual en España y presenta siete vídeos y murales realizados in situ por la artista. Su creación trata sobre la sinceridad y sus vídeos, canciones y obras textuales se estructuran en torno a la transfiguración poética de lo ordinario.

Asimismo, en sus llamados vídeo-diarios recurre a detalles de la vida cotidiana y a experiencias aparentemente insignificantes, la mayoría de las veces acompañados con sus propias bandas sonoras pop de baja fidelidad. En ocasiones, la artista trabaja con miembros de su familia para crear situaciones emotivas e íntimas.

Sus canciones no son muy diferentes de muchas canciones pop, en el sentido de que suelen estar en primera persona y dirigirse a un "tú" no definido. Generalmente tratan sobre relaciones personales, pero en otros aspectos no tienen nada que ver con las canciones pop, pues Ström no las interpreta con un grupo sino que acompaña su propia voz con los acordes y ritmos preprogramados de un pequeño teclado electrónico. Ofrece así estos temas de un modo minimalista, influidas por las convenciones formales del arte conceptual y sin considerarse a sí misma música, sino más bien amateur.

Sus obras textuales paradójicamente se ajustan más a la categoría estética de arte conceptual. Están formadas por frases, que no suelen tener más que unas cuantas palabras, transcritas sobre hojas de papel o, en ocasiones, sobre una pared. Casi nunca utiliza signos de puntuación ni letras mayúsculas y, a pesar de que las palabras de esas obras son en ocasiones diferentes de sus canciones, muchas veces es como si se tratara de títulos o de letras de ellas (I don't know what to sing, I do sing anything... sentimental o bien Please help me).