Antes de abordar sus grandes pinturas murales al aire libre, a las que llamaba 'cósmicas'  porque pretendían representar una visión de 360 grados, el mexicano David Alfaro Siqueiros (1896-1974) pintaba, hacía fotos, intentaba documentarse con tanto detalle que rozaba la neurosis.

La exposición Siquieros Paisajista, que exhibe el Museo de Arte Carrillo Gil de México DF, permite cotejar el proceso creativo de uno de los tres grandes del muralismo social mexicano del siglo XX, junto con Diego Rivera y José Clemente Orozco.

La muestra está dedicada a los cuadros que el artista llamaba “pinturas transportables”. Considera que eran bocetos que tarde o temprano desembocarían en un mural.

Siquieros Paisajista, que fue estrenada en Los Angeles en 2010 y considerada por la crítica como una de las mejores exposiciones del año, presenta ochenta pinturas y dibujos que muestran el profundo estudio que el muralista ejercía sobre los elementos naturales.

Horizontes abiertos, cordilleras volcánicas, formas turgentes, primeros planos de superficies telúricas... Una experiencia del paisaje "absolutamente emocional y dramática", señalan los organizadores, que destacan la capacidad de la obra de Siquieros para dotar al paisaje de vibración, movimiento y vida y la exaltación de la monumentalidad conseguida a través de la intervención en las proporciones.

Siqueiros casi nunca pintaba al natural. Prefería hacerlo a partir de fotografías que hacía él mismo o compraba, incluso a empresas dedicadas a la fotografía aérea.

La exposición reune obras de más de veinte museos y colecciones privadas de México y los EE UU.

David Alfaro Siquieros militó en el Partido Comunista de México, fue encarcelado, combatió como voluntario en la Guerra Civil Española y participó en un atentado fallido contra Leon Trosky tras el cual tuvo que exiliarse en Chile.