La literatura al detalle de doña Emilia Pardo Bazán

  • Este jueves se cumplieron noventa años de la muerte de la escritora gallega.
  • Impulsora de la corriente naturalista en nuestro país, Pardo Bazán destacó además por una intensa actividad social por la igualdad de la mujer.
La escritora gallega Emilia Pardo Bazán.
La escritora gallega Emilia Pardo Bazán.
La escritora gallega Emilia Pardo Bazán.

Sus novelas, sobre todo Los Pazos de Ulloa, se estudian en los institutos con desinterés y con pereza. Es un fenómeno extraño, pues acercarse a la biografía, el pensamiento y la obra de doña Emilia Pardo Bazán (1851-1921) debería levantar pasiones y no bostezos.

Este jueves 12 de mayo se cumplieron noventa años de la muerte de la escritora gallega, una mujer sorprendente que se convirtió en un caso excepcional en la España de finales del siglo XIX y principios del XX. A su carrera literaria, definida por su valentía e independencia, hay que añadir su labor como crítica y una intensa actividad social marcada por sus ideas feministas.

De la mano de Zola

Fue la lectura de Emile Zola uno de los impulsos decisivos para que Pardo Bazán desarrollase una fecundísima carrera literaria. Justamente de la mano del escritor francés, al que conocería personalmente en uno de los viajes que realizó por Europa, la escritora gallega trasladó a España la corriente literaria en boga en aquellos años, el naturalismo.

En sus obras analiza la sociedad española, su problemática política, religiosa y social. Aunque los ambientes rurales gallegos son los dominantes, también recrea ambientes urbanos, sobre todo ciudades como La Coruña. Estilísticamente, como autora naturalista, destacan sus descripciones extremadamente detalladas y los profundos retratos tanto biológicos como psicológicos, especialmente de las mujeres.

Indiscutible a día hoy, su obra sufrió los vaivenes de la crítica de la época, en la que pudo influir la intensidad de su vida y su defensa de la igualdad de la mujer. Así, Leopoldo Alas Clarín, el crítico más agudo y perspicaz del mundillo literario español, pasó de adularla en sus comienzos a mostrarla sus garras más afiladas y despreciarla de la forma más cruel.

Una mujer libre

Pese a que se casó muy joven, Emilia Pardo Bazán era una mujer libre. En 1883 se separó discretamente de su marido y se dedicó por completo a la literatura. Fue en esos años cuando mantuvo con más intensidad relaciones con los intelectuales españoles más importantes del momento, carteándose con Giner de los Ríos, Menéndez Pelayo, José Zorrilla, Unamuno y sobre todo con su amigo y amante Benito Pérez Galdós.

Defensora del acceso a la educación de la mujer como pieza clave para la consecución de su igualdad, desempeñó cargos casi monopolizados por los hombres: consejera de Instrucción Pública, presidenta de la sección de literatura del Ateneo o catedrática en la Universidad Central; pero, a pesar de su empeño, no logró entrar en la Real Academia Española, vetada a las mujeres.

Algunas de sus obras más representativas

  • Los Pazos de Ulloa: la montaña gallega, el caciquismo y la decadente nobleza rural son analizados en esta obra (1886) por Pardo Bazán. El progreso urbano, representado por el joven sacerdote Julián, y la barbarie rural, encarnada en Primitivo, se contraponen en un mundo dominado por una naturaleza violenta, inmoral y sensual cuya posibilidad de transformación será puesta en cuestión.
  • La madre naturaleza: publicada en 1887 es la conclusión de la historia de los personajes de Los Pazos de Ulloa. Si bien es más que una brillante continuación del libro, según los expertos, no llega al nivel de su predecesora.
  • Memorias de un solterón: esencial para comprender las ideas que tenía Pardo Bazán en torno a la mujer. Publicada en 1891, es una novela crítica con el sexismo de la época que le tocó vivir a la autora gallega, en la que expone las desigualdades sociales, intelectuales, morales y sexuales entre los hombres y las mujeres.
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