"No vamos a hacer nada ilegal". Con esta advertencia, que provocó las risas y también cierto estado de alerta entre los presentes, anunciaba el cómico Leo Bassi su nuevo espectáculo: el Bassibus, un recorrido por los lugares más representativos de la trama Gürtel en la Comunidad de Madrid. La incertidumbre planeaba sobra las decenas de personas que este domingo se reunieron en La Tabacalera de Lavapiés sin ninguna idea del recorrido que les había preparado el actor.

Antes de partir, y como anticipo a lo que sería una larga jornada de nombres, cargos y acusaciones, tomó la palabra José Tomás García, el sastre que confeccionó los famosos trajes de Francisco Camps y testigo de la operación Gürtel. "Han utilizado injurias y calumnias para callarme, pero no lo han conseguido", aseguraba micrófono en mano. "Voy a demostrar cómo esta gente ha falsificado documentos oficiales y ha estafado cerca de 6.000 millones de euros", afirmó con convicción.

Al ritmo de una banda de música que se unió al elenco de amables azafatas de Bassi, arrancaron los dos autobuses que efectuarían su primera parada solo unos kilómetros más adelante. Después de dejar atrás el paseo de las Delicias, donde se encontraba la estación de medición que registraba una mayor contaminación y que el PP cambió de lugar según el cómico, los vehículos enfilaron la calle Serrano.

Entre lujosas tiendas y exclusivos restaurantes, a la altura del número 29, se encontraba la sastrería Milano, propiedad de Tomás García. En la actualidad es una tienda de Cortefiel, pero hace años personalidades como el líder de la Generalitat valenciana o el entonces presidente del Congreso, Federico Trillo, se tomaban las medidas para trajes que supuestamente no llegaron a pagar de su bolsillo. "Mi sueño es ver en la cárcel a los responsables de todo esto", comentó García en la plaza de Colón. "Yo siempre he sido de derechas pero pactaría con el diablo para que este país no fuera nunca gobernado por el señor Rajoy porque la derecha que tenemos ahora es lo peor", continuó.

Y como para dar fe de ese comentario, Bassi y sus atentas azafatas repartieron entre los espectadores unas fundas de trajes y animaron a los asistentes a dirigirse hacia una de las calles cercanas: Génova. A la altura de la sede del Partido Popular, entre prisas, emoción y cierta tensión, el actor y todos los que se prestaron, se fotografiaron frente a la fachada azul, alzando las fundas y rodeando un cartel en el que se podía leer 'Camps, te queremos un güevo, amiguito del alma'.

Ya en el autobús, comenzaron a repartir euros (de chocolate) y unas bolsas por si a alguien le entraban 'náuseas ideológicas': los autobuses se dirigían hacia la Ciudad Financiera del Banco Santander. Este macropolígono de la entidad está situado junto a la siguiente parada que efectuó el Bassibus: Boadilla del Monte. "No se entiende el caso Gürtel sin esta localidad, aquí empezó todo", destaca Bassi. El recorrido incluye una visita al lugar donde Francisco Correa, presunto cerebro de la trama de corrupción, alquiló un despacho al Ayuntamiento de Boadilla por siete millones de euros. "Fíjense, ¡está situado en la avenida del Generalísimo esquina calle José Antonio!", exclamó con ironía el polémico actor.

Grandes bloques de pisos paralizados, como Boadilla Park, una ciudad del deporte que nunca se terminó de construir… los 'cadáveres' urbanísticos que financiaron la red de corrupción abundan en Boadilla. Sin embargo, suponen un fuerte contraste con las viviendas de cerca de cuatro millones de euros que Bassi mostró a sus invitados del Bassibus en el siguiente destino, la exclusiva Urbanización de Las Lomas. "Nos dirigimos ahora a la casa de Tomás Martín Morales, exconsejero de la empresa del suelo de Boadilla, y el encargado de organizar fiestas para estos señores, con prostitutas incluidas", aseguró Bassi.

"Aquí vive la gente que dirige España", concluyó el cómico de origen italiano mientras los autobuses pasaban por delante de amplios campos de golf.