La innovación y la creatividad son las premisas del equipo de natación sincronizada, uno de los que más éxitos logró este lustro gracias a su trabajo intenso y constante. Las rusas, habituales dueñas de los oros, están avaladas por una cantera y una tradición enormes. "Y por un prototipo físico, mujeres con extremidades largas, troncos proporcionados, que las ayudan. En su día vimos que no sería posible imitarlas y optamos por ir a movimientos y conceptos distintos, por huir de las ideas preconcebidas y exportar coreografías más terrestres", explica Anna Tarrés, la seleccionadora.

El pilates, una actividad que nació en 1923 y muy extendida en la actualidad (con practicantes ilustres como Carles Puyol, Tiger Woods, Madonna, Nicole Kidman, Lebron James, Jorge Lorenzo o Kobe Bryant), es el último arma contra el poderío ruso en la piscina. Manuel Rodríguez, presidente de la Fundación Pilates en España, había sugerido la idea varias veces, pero hasta febrero de este año no se implementó. "Es un método preventivo de educación postural donde la respiración es clave y ayuda a mover toda la musculatura", recuerda Rodríguez.

Desde entonces, las integrantes del dúo femenino, Andrea Fuentes y Ona Carbonell, siguen este método y sus sensaciones han sido magníficas. "Nos dicen que salen muy liberadas, muy relajadas tras toda esa intensa contracción muscular", indica una Tarrés convencida de su utilidad: "Es un camino para proyectar toda su emoción y toda su energía al exterior. La incorporación de la conciencia temporal a la ejecución de la técnica. Una coreografía bonita será mejor".

Que los bailarines de ballet practiquen pilates es motivo para exportarlo a la sincronizada, dice Manuel Rodríguez. "Ellas son el ballet del agua", bromea. Y añade: "No se acaba de entender bien qué es. No es un sistema curativo, lo es preventivo. Y ayuda a mejorar el rendimiento".