Chile, turismo astronómico

  • Los cielos del Valle de Elqui han sido reconocidos como los más limpios del planeta.
  • La región de Coquimbo atrae tanto a científicos como a turistas curiosos.
  • Clima seco, cielos despejados y ausencia de contaminación, claves para la observación.
Observatorio de Pangue, en Chile.
Observatorio de Pangue, en Chile.
turismoastronomico.cl
Observatorio de Pangue, en Chile.

Desde tiempo inmemorable la curiosidad humana siempre ha sido insaciable, no ha conocido límites y ha buscado alternativas en las que adentrarse. Los misterios del universo, los planetas y la formación de galaxias conforman un novedoso conjunto que ha hecho del turismo astronómico una opción que ofrece a los más aventureros la posibilidad de observar, descubrir y extraer sus propias conclusiones.

Son numerosos los lugares que reúnen las condiciones necesarias para convertirse en excelentes puntos de observación, sin embargo, son pocos los países que han encontrado en las estrellas el filón que necesitan para dar un impulso a un tipo de turismo diferente, que va ganando adeptos. En la última década, en Chile este nuevo concepto de turismo se ha convertido en uno de sus grandes atractivos.

Excelentes condiciones

El turismo astronómico en Chile vive en la actualidad uno de sus mejores momentos, gracias a las inmejorables condiciones geográficas y climáticas que se dan principalmente en el norte del país (clima especialmente seco y una media de más de 320 noches de cielos despejados y libres de contaminación), y al empeño puesto por el Gobierno y por entidades privadas para favorecer su desarrollo. Se ha revelado como una propuesta atractiva, capaz de atraer a profesionales y a turistas curiosos.

La cuarta región de Coquimbo es uno de los principales destinos a nivel mundial en este tipo de turismo. El clima de su interior favoreció que en los años 80 se empezaran a instalar en la zona numerosos centros astronómicos internacionales que hicieron que aumentara el interés por conocerlos y por tener la oportunidad de observar las estrellas a través de un telescopio.

Observatorios científicos de la zona, como el de Cerro Tololo, Gemini Sur y Cerro Morado, y los de La Silla y Las Campanas (algo más alejados), decidieron que había llegado el momento de abrir sus puertas.

Existen otras zonas en Chile ideales también para observar las estrellas. En los años 90, un consorcio europeo, ESO (del inglés European Southern Observatory), inicia un ambicioso proyecto en mitad del desierto de Atacama, en la cordillera de la Costa de la Región de Antofagasta: construir el observatorio más grande del mundo, el de Cerro Paranal.

Sin embargo, a éste han seguido proyectos más atractivos, como ALMA, que prevé abrir sus puertas en el segundo semestre de 2012. Situado a más de 5.000 metros de altura, en el Llano de Chajnantor, supondrá un hito para la astronomía, gracias a sus 66 antenas radiotelescópicas.

El “boom” astronómico

Pero lo que era un turismo poco conocido y divulgado pronto cambiaría. El Gobierno, en su deseo de promocionar el turismo chileno más allá de sus fronteras, quiso saber el tipo de turismo dominante en cada una de sus regiones. La región de Coquimbo situó al astronómico como segundo en importancia.

A las iniciativas de los más visionarios se unió la pericia del municipio de Vicuña, de manera que en 1998 se inaugura, en el Valle de Elqui, Cerro Mamalluca, el primer observatorio astronómico en el país destinado íntegramente a turistas, y con un solo telescopio de doce pulgadas. Hoy en día, sus dos telescopios digitales y ocho manuales, y sus cuatro turnos de observación, hacen de él el principal observatorio astronómico turístico de Chile.

En la última década han ido surgiendo otros proyectos, cada vez más interesantes, casi todos en la zona de Coquimbo. Destacan el observatorio Collowara, el de Cruz del Sur, el de Pangue, el de Mayu y el de Cerro Cancana. En la región metropolitana de Santiago, se encuentra el Observatorio Cerro Pochoco.

Turismo astronómico en el mundo

Estados Unidos ocupa el primer lugar en este tipo de turismo, gracias al clima semiárido y a la alta sequedad ambiental en los estados de Arizona, Nuevo México y Texas. Es precisamente en Arizona donde se encuentra el Observatorio turístico Kitt Peak, que fue el primero en el mundo en ofrecer visitas astronómicas nocturnas a principios de los 80. En Hawaii se localiza el observatorio astronómico científico más grande del hemisferio norte, el Gemini Norte.

En Latinoamérica, México y Argentina están desarrollando una creciente preocupación por este tema. Mientras que en Europa, España lleva la delantera. Las islas Canarias acogen dos importantes observatorios, el del Teide y el del Roque de los Muchachos.

Mientras Australia es más emisor que receptor, Sudáfrica ha visto incrementar la importancia del turismo astronómico desde la inauguración en los años 80 del observatorio ubicado en la Meseta del Gran Karoo, importante destino turístico.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento