Fuentes de la investigación explicaron que los dos presuntos e incautos ladrones fueron sorprendidos sobre las cuatro de la madrugada caminando por una calle de la localidad barcelonesa.

Uno de ellos llevaba una pantalla de ordenador y el otro acarreaba un teclado cuando se toparon con una pareja de la Guardia Civil.

Cómo en los chistes de guardias civiles, los agentes les preguntaron de dónde habían sacado la pantalla y el teclado, y éstos no tardaron en confesar que habían forzado la puerta de una sucursal de La Caixa de la localidad y que los habían cogido de su interior.

Cuando los agentes se desplazaron hasta la sucursal bancaria, comprobaron que Alberto S.V., español, de 32 años, y Khalid Q., marroquí, de 30, ambos vecinos de Vilafranca del Penedés, les habían dicho la verdad.

Pero lo que más ha sorprendido a los agentes es ver que en la sucursal había dinero y que los ladrones ni siquiera lo habían buscado.

La ingenuidad de los dos cacos llegó al extremo de dejar el ordenador (CPU) y llevarse sólo la pantalla y el teclado.

"Eso sí, el monitor era de pantalla plana", ha explicado con cierta sorna uno de los investigadores.