La OTAN admite que necesita más aviones para atacar a las fuerzas de Gadafi

Muamar el Gadafi recorre en un descapotable las calles de Trípoli, en unas imágenes trasmitidas por la televisión estatal libia.
Muamar el Gadafi recorre en un descapotable las calles de Trípoli, en unas imágenes trasmitidas por la televisión estatal libia.
Televisión estatal libia / Reuters
Muamar el Gadafi recorre en un descapotable las calles de Trípoli, en unas imágenes trasmitidas por la televisión estatal libia.

Los países de la OTAN se comprometieron este jueves a estar en Libia todo el tiempo que requiera su misión para proteger a la población civil y dotarla de los recursos necesarios, pero desoyeron por el momento los llamamientos de Francia, Reino Unido y la propia Alianza para aumentar su participación militar.

Londres y París llegaron a la reunión de ministros de Exteriores que se celebra en Berlín reclamando a sus socios más aviones para atacar objetivos terrestres del régimen de Muamar el Gadafi, un trabajo que principalmente desarrollan ahora sus fuerzas.

Las autoridades militares de la propia Alianza reconocieron a su vez que querrían ver más de estos aviones participando en los bombardeos, según comunicó a los ministros el comandante supremo de la OTAN en Europa, el general estadounidense James Stavridis.

Ninguna oferta concreta

Sin embargo, la petición ha sido por ahora inútil, pues no se ha recibido ninguna oferta concreta, según admitió el secretario general aliado, Anders Fogh Rasmussen.

El danés, sin embargo, se mostró "confiado" en que los países responderán al llamamiento y dijo haber oído intervenciones esperanzadoras.

Italia, según fuentes diplomáticas, es uno de los socios que se plantean aportar más medios a la operación y podría estar en disposición de completar las necesidades, que se cifran en algo menos de una decena de aviones, después de que esta semana seis nuevos cazas británicos se sumaran a la operación.

Mientras, otros países, como España, dejaron claro que no tienen intención de reforzar su presencia ni de cambiar el rol de sus aviones, según dijo su ministra, Trinidad Jiménez.

Apoyo de EE UU

Por su parte, Estados Unidos -que dispone en la zona del tipo de aviones necesarios y que ya los utilizó en los ataques antes de pasar a un segundo plano- indicó que apoyará "firmemente" la operación aliada hasta que logre todos sus objetivos.

La secretaria de Estado, Hillary Clinton, dijo a sus homólogos que su país está listo para hacer todo lo necesario, aunque no ofreció sus unidades.

Más que imprescindibles a día de hoy, la OTAN considera que los nuevos recursos son necesarios para mantener el ritmo de las operaciones en el futuro.

En los últimos cinco días, los aviones aliados han intensificado sus acciones y han destruido más de 70 tanques y blindados pesados del régimen de Trípoli.

Ataques aliados a tres bases

La Alianza, según la televisión oficial Libia TV, habría atacado tres ciudades libias, entre ellas la capital, Trípoli, una información que por ahora la organización no ha confirmado ni desmentido.

Fuera de lo puramente militar, los ministros de la Alianza trataron de lanzar un mensaje de unidad y de compromiso en favor de la población civil libia y en contra de Gadafi.

En un texto pactado por los veintiocho países, la organización se comprometió a proveer "todos los recursos necesarios" a su misión en Libia y a continuar con ella hasta que Gadafi haya detenido los ataques, se haya verificado la retirada de todas sus fuerzas de las calles y el régimen permita el apoyo humanitario a la población.

La reunión de la OTAN se cerrará este viernes con encuentros con Rusia, Ucrania y Georgia.

Cumbre en El Cairo

Por otra parte, dirigentes de la ONU, UE, Liga Árabe, Unión Africana y la Organización para la Conferencia Islámica se han reunido en El Cairo en una cumbre para tratar la crisis libia, en la que han señalado que el alto el fuego continúa siendo la prioridad de la comunidad internacional para poner fin al derramamiento de sangre y comenzar una transición dirigida por el pueblo.

"Reiteramos nuestra llamada para un alto el fuego inmediato y verificable", dijo el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, que presidió la cumbre. Desde el comienzo del levantamiento popular libio, el 17 de febrero pasado, que acabó derivando en un conflicto armado, alrededor de 10.000 personas han muerto y numerosas permanecen atrapadas entre los combates, especialmente en la ciudad de Misrata.

Ban destacó también "la gran preocupación por la escalada de la violencia, el gran número de víctimas civiles y la violación de los derechos humanos".

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