La mítica sala Ocho y Medio cierra sus puertas para alojar un almacén de la firma Inditex

Dos de los flyers distribuidos por la sala Ocho y Medio Club.
Dos de los flyers distribuidos por la sala Ocho y Medio Club.
Ocho y Medio
Dos de los flyers distribuidos por la sala Ocho y Medio Club.

La mítica sala de conciertos madrileña Ocho y medio, uno de los templos de la música independiente de la capital, se despidió este último fin de semana para siempre del local que ocupaba desde hacía 11 años y que a partir de ahora alojará un almacén de la firma Inditex.

Ante cientos de fans y amigos de este club candoroso de flequillos y gafapastas, el Ocho y Medio clausuró sus sesiones el sábado con algunos de los ritmos que han marcado su trayectoria. El primer intento por cerrar sus puertas llegó con el tema Al amanecer de Los Fresones Rebeldes, banda pionera del tontipop de finales de los 90, que  estuvo acompañado por un emotivo apagón de luces. Tambien sonaron Acordarnos de Astrud y El bello verano de Family, formación que con un sólo disco en el mercado logró, en 1999, marcar el esplendor del indie pop dulce y naif y protagonizar las listas del mejor álbum del año de la revista Rock de Luxe.

Antes de que los asistentes se decidieran a abandonar la sala, se escucharon también No tengo miedo al futuro, la versión de Madelman del tema de Astrud, I love rock and roll, de The Arrows y En cualquier fiesta, de La Mode, que tuvo el honor de poner las últimas notas de a una noche de fiesta.

Por el escenario pasaron grupos como Aviador Dro, La Casa Azul, Hidrogenesse o Cycle, entre otros.

Una dura negociación

El establecimiento se convertirá ahora en un almacén de la cadena textil que gestiona Amancio Ortega. A pesar de que los conductores de la discoteca habían negociado un nuevo contrato con los dueños del establecimiento por otros diez años, estos decidieron finalmente decantarse por la firma gallega.

Acudir a la justicia tampoco posibilitó que los encargados de la sala -Belén Chanes y Luis García, componentes de la banda L Kan- lograran conservar el alquiler. Por eso, y tras publicar hace unos días un comunicado en el que anunciaban que "tras una infructuosa lucha para evitar que una vez más un espacio para la música en directo, el ocio y la alegría acabe en manos de una cadena textil", pedían a sus clientes que no vistieran en la fiesta de despedida ninguna prenda de Zara.

Sin embargo, la pareja también ha anunciado que este cierre será provisional y que ya están a la búsqueda de un nuevo local.

También este fin de semana supuso el final de otro garito de música en directo: la sala Savoy en Gijón. Al parecer, sus dueños no pudieron hacer frente a la última subida del alquiler.

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