Además, también podrían quedarse sin más de un millón de euros que entre todos le pagaron al firmar los contratos de compraventa.

Las propiedades se perderán definitivamente el lunes una vez que se subaste el edificio. El constructor no ha devuelto el préstamo hipotecario que había solicitado para la construcción del inmueble y el Banco Sabadell (antes Herrero) ejecutó la hipoteca del inmueble. Ahora, el propietario que lo adquiera en la subasta los volverá a vender.

Cobrar lo pagado

Por otro lado, para intentar recuperar lo que han pagado, los afectados presentaron en 2004 una querella criminal (a la que ha tenido acceso 20 minutos) por estafa y apropiación indebida contra el administrador único de la sociedad Lacile, SL, su hija y su hijo. Sin embargo, temen que aunque la justicia les dé la razón no cobrarán un duro de lo adelantado, que en algunos casos asciende a 174.000 euros. El problema es que el acusado ha declarado la sociedad en quiebra y un juzgado ha determinado que, cuando se produzca un embargo de los bienes, las familias no tendrán preferencia ante las empresas y personas a las que se les adeuda dinero desde antes.

En este largo proceso las familias han informado al juez de movimientos «sospechosos» de dinero. Éste viajaba, según los afectados, desde la cuenta del préstamo, que se le había concedido únicamente para la construcción del edificio, a otras cuentas «al parecer ajenas» a la edificación del inmueble.

Si al final se demuestra que  existió negligencia por parte del banco en el control de hacia dónde se movía el dinero, los afectados tienen intención «de pedir que el Sabadell abone el dinero como responsable civil subsidiario».

El número 11-13 de la calle Prado

El edificio que ha provocado el problema está ubicado en la calle Prado. Está casi acabado y en 2002 sólo restaban unos meses para que los entregaran. Sin embargo, las obras se paralizaron en aquel momento, hace cuatro años. Tiene siete viviendas, un estudio y 49 garajes. Hay 20 afectados. Cinco que adquirieron una vivienda con garaje y trastero. Los otros 15 compraron sólo plazas de aparcamiento.

«Invertí todo mi dinero en comprar esta casa»

Llegó de Vitoria por motivos laborales y con toda la ilusión del mundo se compró un piso que le iban a dar a los cuatro meses.

Desde entonces, agosto de 2002, vive con su mujer y tres hijas de alquiler. Reniega de la Justicia y tiene pocas esperanzas de que se solucione.

¿Cuatro años ya?

Sí, y no sabemos cuándo el juez fallará finalmente.

¿Y que pasó?

Compré una casa, ya que me había ido bien al vender la de Vitoria, y creo que me voy a quedar sin ella y sin todo el dinero que pagué.

¿Mucho?

En comprar esa casa invertí todo mi dinero. Casi 174.000 euros.

¿Bueno, pero se lo devolverán?

Pues yo no lo tengo nada claro. Vamos, que me quedan muy pocas esperanzas.

¿Pero está en manos de la Justicia?

Sí, y lo que está pasando todavía no me lo puedo creer. Además de que es muy lenta no es justa. Yo ya no creo en ella.

¿Usted prefiere la casa o el dinero?

Pues yo la casa. Pero creo que no hay nada que hacer. Una vez que se subaste se acabó.

¿Y el dinero?

Pues si no se hace cargo el constructor debería hacerlo el Banco Sabadell. Deberían haber controlado lo que pasaba. D. Pascual.