Gracias a los canales de pago estadounidenses, las series históricas se han puesto gamberras. Aristócratas y gladiadores son fogosos, la ambientación ha pasado a anécdota y no faltan sexo ni violencia.

Siguiendo la estela que inició en 2005 Roma (HBO) y a la que se sumaron rápidamente Los Tudor (Showtime) y Spartacus: sangre y arena (Starz), esta semana se han estrenado en EE UU Los Borgia (Showtime) y Camelot (Starz), con récords de audiencia.

Miguel Salvat, director de Canal+, explica que las teles de pago en EE UU "aprovechan para hacer ficciones en las que el sexo y la violencia son más explícitos porque no están sujetos a las reglas de la Comisión Federal de Comunicación (que regula los contenidos)".

En España, Telecinco y Antena 3 se han hecho con los derechos de Los Borgia y Camelot, respectivamente. La primera, cuyo reparto encabeza Jeremy Irons, sigue las intrigas palaciegas y las incestuosas relaciones de una de las familias más recordadas del Renacimiento italiano. Por su parte, Camelot, que se presentó en el MIP TV de Cannes con la presencia de los actores Eva Green y Joseph Fiennes, intenta redefinir la leyenda del rey Arturo.

Ambas superproducciones siguen la misma línea: vestuario increíble, reparto excelente plagado de actores guapos, sexo y violencia a raudales... "Se buscan historias pasionales llevadas al límite", explica Abraham Sastre, guionista de Globomedia. En todas, el telón de fondo es una excusa: ambientadas en el Medievo, la Inglaterra de Enrique VIII o en el Imperio romano, ninguna intenta ser históricamente precisa.

A sus creadores no los perturba en absoluto. "No hemos pretendido hacer un relato real de los hechos, eso es cosa de los libros de texto", comenta Neil Jordan, creador de Los Borgia.

Con el tiempo, en España también se "acoplará" el sexo a la ficción histórica como en EE UU, dice Abraham Sastre, guionista de Globomedia. El problema: hacer secuencias subidas de tono es "complicado en la tele en abierto", pero se puede insinuar mucho, como ya se hace en Hispania (Antena 3) "con el rollo picante entre las esclavas".