La Ley antitabaco consigue un descenso de los ingresos por infarto de miocardio

En los tres primeros meses del año se ha producido un descenso (aún no cuantificado) en el número de ingresos hospitalarios por infartos de miocardio y enfermedades respiratorias agudas, sobre todo crisis asmáticas. Según el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT), estos descensos están "directamente relacionadas" con la entrada en vigor de la Ley antitabaco, el pasado 2 de enero.

El CNPT todavía no tiene datos cuantificados pero espera que a mediados o finales de año pueda haber ya datos más definitivos. Sus previsiones, no obstante, estiman que este descenso sea de al menos un 10 por ciento con respecto al año anterior, en el caso de los infartos de miocardio.

Cuando apenas han transcurrido tres meses desde la entrada en vigor de la norma, también han observado una mayor demanda de ayuda para dejar el tabaco. Según las previsiones de la CNPT, a lo largo del año dejarán de fumar unas 400.000 personas.

Aunque todavía no tienen datos concretos de la tasa de abandono tabáquico, aseguran que con la nueva ley ha aumentado un 30 por ciento con respecto a años anteriores.

El vicepresidente y portavoz de esta entidad, Rodrigo Córdoba, asegura que estos indicadores de salud son la mejor muestra de lo "urgente y necesaria" que era esta norma, ya que, como añaden, a lo largo del año evitará unos mil fallecimientos, muchos de ellos en el sector de la hostelería.

"Al permanecer 30 minutos en un lugar lleno de humo, el calibre de las arterias coronarias se reduce un 10 por ciento, un dato que para una persona sana no causa ningún problema, pero sí para una persona con enfermedad coronaria u otros factores de riesgo. De ahí que con la nueva ley bajen los ingresos por esta causa", explica.

Además, entre las personas que buscan ayuda para dejar de fumar, que según reconoce Córdoba "son una minoría", la demanda de un tratamiento de deshabituación tabáquica ha aumentado entre un 10 y 20 por ciento con respecto al año anterior.

Con estas previsiones, desde la CNPT están convencidos de que el tabaquismo en España irá disminuyendo progresivamente hasta dejar de ser una epidemia, algo que se conseguirá en 2030.

Actualmente, un 27 por ciento de la población mayor de 16 años en España es fumadora, "a los que hay que añadir los fumadores ocasionales". Sin embargo, Córdoba asegura que en 2030 la tasa de fumadores estará por debajo del 15 por ciento y, por tanto, "la epidemia se dará por finalizada".