Yoko Ono, la abuelita conceptual

  • A sus 78 años, encabeza las listas de música dance británicas y gestiona los derechos de autor millonarios de Lennon.
  • Desde la muerte de éste, ha tenido algunos novios.
Yoko Ono durante la presentación de la exposición 'Habitaciones de mujeres' en Dinamarca.
Yoko Ono durante la presentación de la exposición 'Habitaciones de mujeres' en Dinamarca.
AP
Yoko Ono durante la presentación de la exposición 'Habitaciones de mujeres' en Dinamarca.

¿Se avergonzó alguna vez John Lennon de haber formado parte de una de las bandas más comerciales de la historia del pop cuando su esposa, Yoko Ono, era, según el músico, la artista más famosa del mundo con la obra más injustamente ignorada? ¿Se sintió quizá pequeño, incluso despreciable, por haber compuesto canciones redondas, coreables, mientras aquella mujer que le había enseñado todo –"todo", repetía él- rompía la tibieza de las melodías con alaridos estremecedores, disonantes, a veces con diálogos enajenados, puro arte conceptual e innovación avant-garde? ¿No era acaso una vulgaridad llenar una sala de conciertos de progresiones armónicas en vez de, como propugnaba la japonesa, cubrirla de silencio para permitir a los asistentes que imaginaran libremente la música que debía sonar?

John conoció a Yoko en una exposición que esta ofreció en 1966 en Londres. Lo primero que divisó aquel Lennon de 26 años, ya coronado como uno de los grandes iconos musicales del momento, fue la pintura en el techo, una inscripción que decía 'Sí'. Aunque el británico era crítico con las manifestaciones de vanguardia más arriesgadas, dijo que ese adverbio de afirmación lo cautivó. Luego, al morder una de las piezas exhibidas –una manzana verde– ella se acercó. Hicieron las paces después de que Ono le entregara una tarjeta en la que se leía 'Respira'. Posiblemente cuando él accedió a pagarle cinco chelines por clavar un tornillo imaginario, demorándose en la performance, claveteándolo con mimo, había surgido la chispa.

La boda se celebró en Gibraltar en 1969, una vez que lograron arreglar sus respectivos divorcios. La luna de miel fue un acto público en el que los recién casados se encamaron en un hotel de Holanda para reivindicar la paz en el mundo. Ella lo había advertido: quería transformar su existencia en arte. También, que no soportaría vivir eclipsada por el apellido de su marido.

<p>Yoko Ono</p>A principios de los 70, Lennon decidió retirarse temporalmente para dedicarse a la crianza del hijo de ambos, Sean ("yo lo he llevado en mi vientre, ahora te toca a ti cuidarlo", le dijo su esposa). Mientras, ella se ocupaba de despachar las finanzas con hombres trajeados en cuartos llenos de humo. "Sólo Ono es capaz de hacerlo", argumentaba el ex beatle. Luego, añadía bromeando: "Me di cuenta de que si quería que la pareja funcionara, los dos debíamos trabajar para mi mujer. Yoko ve a los hombres como asistentes, con diversos grados de intimidad".

Pese a esto, a ella nunca le gustó estar sola: unos meses después de la muerte de Lennon, comenzó un largo noviazgo con el anticuario Sam Havadtoy. También ha sido relacionada con el tratante de arte Sam Green.

Hoy, con 78 años, la solista incomprendida descendiente de una familia aristocrática nipona, ha cumplido al fin un sueño: encabezar las listas de éxito británicas. Aunque sea en la categoría dance y ayudada por las remezclas de DJ’s de prestigio. Además gestiona los derechos de autor que le dejó Lennon: unos cientos de millones de euros.

Paul McCartney, el eterno rival

"Con Paul no me llevo bien", confiesa aún hoy Ono, "intentó robar a John el liderato en The Beatles". Adelanta que esto lo revelará en un libro que publicará en 2015. Sin embargo, admite que fue McCartney quien logró que su esposo y ella se reconciliaran tras una grave crisis de pareja que les llevó a separarse. Esto sumió a Lennon en una honda depresión, bebía.

Paul acudió a Ono a las espaldas de su amigo de la infancia para interceder por este. "Si John quiere volver a mi lado, debe enamorarme de nuevo", fue el recado que le dio Ono. Dicen que Lennon nunca comprendió por qué aquel ex beatle a quien ya no soportaba e, incluso, a quien creía odiar, lo había ayudado.

Una madre poco convencional

Yoko ha reconocido que siempre fue una madre "original" y que, en ocasiones, sus vástagos se sintieron más próximos a sus parejas que a ella. Así ocurrió con la pequeña Kyoko, fruto del matrimonio con el productor de cine Anthony Cox. Cuando Ono solicitó el divorcio de Cox para casarse con Lennon, su ex huyó con la niña. Durante años, Ono los buscó. Más tarde, fue Kyoko quien decidió seguir viviendo con su padre.

Tuvieron que pasar tres décadas para que Ono pudiera reencontrarse con aquella hija perdida. Hoy apenas tienen relación. Con su primer marido, el pianista japonés Toshi Ichiyanagi, no tuvo hijos.

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