Costa de Marfil vive sus horas más tensas al borde de una temible nueva guerra civil

  • El conflicto enfrenta a los leales al nuevo presidente electo Ouattara y a los del saliente, Gbagbo, que se niega a admitir los resultados de los comicios.
  • Sólo en marzo ha habido 500 muertes violentas y un millón de desplazados.
  • La única salida que ve la comunidad internacional es que Gbagbo desista y abandone el poder.
Soldados leales a Gbagbo patrullan en Abiyán.
Soldados leales a Gbagbo patrullan en Abiyán.
Luc Gnago/ REUTERS
Soldados leales a Gbagbo patrullan en Abiyán.

Costa de Marfil vive una crisis política desde que se divulgaron los resultados de las elecciones presidenciales de noviembre, que otorgan la victoria al centrista Alassane Ouattara. No obstante, el hasta ahora presidente, Laurent Gbagbo se niega a ceder el cargo, lo que ha derivado en duros enfrentamientos entre partidarios de uno y de otro en todo el país. El conflicto se ha cobrado ya 500 vidas en marzo y los desplazados se cuentan por cerca del millón de personas.

¿Por qué se encuentra el país dividido?

Tras la muerte del primer presidente de Costa de Marfil desde la descolonización en 1960, Félix Houphouët-Boigny, Henri Konan Bédié (presidente de la Asamblea Nacional del Gobierno) se autoproclama presidente. Bédié lleva a cabo un una dura política contra los alógenos (población inmigrante). Una discriminación que también sintieron en los marfileños del norte a los que se les niega el documento nacional de identidad y el derecho al voto. La división entre las etnias se fortalecieron tras el golpe de Estado de 2002, ya con Gbagbo en el poder, que desencadenó una sangrienta guerra civil y que ha mantenido el país dividido hasta el día de hoy. Por último, las elecciones de noviembre del año pasado han desencadenado división en el país entre los partidarios de Gbagbo y Outtara, los únicos candidatos en los comicios.

¿Quién ganó las elecciones? ¿Por qué el presidente saliente se niega a abandonar el poder?

Las urnas le dieron el mando a Outarra con el 54% de los votos. El problema es que el Consejo Constitucional anuló las votaciones de siete departamentos rebeldes del norte del país (alegaban que había más votos que ciudadanos), donde tenía la mayoría Outtara, lo que propició que se invirtiera la situación. El ganador sería Gbagbo con un 51,5% de los votos. Ambos candidatos afirman que ha existido fraude electoral y se niegan a no presidir el país. La Unión Europea, la Unión Africana y la mayoría de organismo internacionales han respaldado la victoria de Ouattara. El apoyo de comunidad internacional se basa en que no otorgan legitimidad al Consejo Constitucional que anuló las votaciones porque no es un órgano independiente del Gobierno, según fuentes de Naciones Unidas.

¿Han sido justas las elecciones?

Esta es la gran pregunta. La población de Costa de Marfil ha experimentado un gran aumento en los últimos cincuenta años. Las grandes explotaciones agrícolas de cacao y café han hecho que el país necesite mucha mano de obra y ha hecho que muchos miles de ciudadanos crucen la frontera a uno de los países más prósperos de África. Para hacernos una idea, según la ONU, uno de cada cuatro ciudadanos son inmigrantes. El problema es que el país no cuenta con un censo de toda la población y eso complica las cosas a la hora de celebrar unas elecciones. Tras la sangrienta guerra civil que dividió en dos el país, la ONU se vio obligada a elaborar un censo de la población del país. Pese a que la tarea duró varios años, en la actualidad muchos ciudadanos continúan sin estar registrados. Lo que está claro es que estas han sido las únicas elecciones de Costa de Marfil con un registro de ciudadanos lo más amplio que ha sido posible.

¿Cuál es la situación actual en el país?

Unas 500 personas, la mayoría civiles, han muerto en el mes de marzo a causa de la violencia entre ambos bandos, según fuentes de la ONU. Los desplazados se cuentan por el millón de personas y los exiliados a Liberia por cientos de miles. Los cascos azules de la ONU, que mantiene 10.000 hombres en el país, tomaron este viernes el control del aeropuerto de Abiyán y están a cargo de su seguridad en una "operación más amplia para suplir el vacío de poder" que allí se vive. Los leales a Ouattara dicen haber atacado la residencia de Gbagbo, después de que este jueves emitieran un ultimátum al presidente saliente.

¿De qué acusa el Gobierno de Gbagbo a la comunidad internacional?

Gabgbo asegura que detrás del apoyo de la comunidad internacional a Outtara hay intereses comerciales y económicos. Asegura que a Francia, país que colonizó Costa de Marfil, prefiere tener en el poder a Outtara para poder aprovecharse del cacao del país (primer productor mundial). Hay que recordar que la política de Gbagbo es muy discriminatoria contra los alógenos (población inmigrante) y mucho más contra los extranjeros (en especial con los blancos y antiguos colonos). Por el contrario, se espera que Outtara (apartado de la vida política por una ley votada por el propio Gbagbo en la que se prohibía presentarse a las elecciones a los hijos que no fueran de padres de Costa de Marfil) devuelva a todos los ciudadanos los derechos que les han sido robados durante los mandatos de Bédié y Gbagbo.

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