El ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, ha apostado este jueves en Gijón por la necesidad de dar más participación a los interlocutores sociales, tanto sindicatos como patronal, en las mutuas, de cara a combatir el absentismo laboral, ya que en estas solo están las empresas que se afilian, "pero no tienen realmente un dueño". "Hay que hacer que tengan dueño", ha recalcado antes de añadir que debe haber "una mirada permanente" sobre la cuestión de las mutuas patronales.

Así lo ha indicado durante su participación en el XI Seminario Europeo sobre el Empleo 'Argumentos y fanatismos del mercado' en el Centro de Cultura Antiguo Instituto Jovellanos, organizado por la Asociación de Periodistas Europeos.

Preguntado por la negociación colectiva, se ha mostrado optimista respecto a que patronal y sindicatos lleguen a un acuerdo, por lo que ha adelantado que lo menos probable es que el Gobierno tenga que legislar.

En su opinión, las empresas deben tener mayor capacidad de organización interna para tener mayor flexibilidad para poder actuar sin tener que recurrir al despido. Debería, según él, ser el eje central de la reforma de la negociación colectiva. "El Gobierno sabe el tipo de reforma que quiere", ha dicho, no obstante.

Con referencia a los salarios, ha considerado que, según algunos economistas, los salarios reales son los que deben ligarse a la productividad. Una fórmula sería saber usar la productividad para que en épocas buenas se incorpore al salario y en las malas, una parte para el empresario para que incorpore mejoras.

El problema, para el ministro, es que ahora estamos en una moneda única. Gómez ha incidido en que los convenios se vinculan al IPC, pero el extremeño no crece igual que el asturiano o el catalán, pero tampoco el español al alemán, mientras que, en cambio, la moneda sí es única.

El titular de Trabajo ha destacado que el Gobierno está manteniendo unas políticas sensatas ya que no se puede devaluar moneda. "No hay atajos, no podemos usar la devaluación", ha apuntado antes de matizar que cuando se hacía, a los 10 o 15 años "acabábamos pagándola", ha manifestado.

Economía sumergida

Por otro lado, ha rechazado una "amnistía" en la lucha contra la economía sumergida. El ministro ha explicado que se dará un plazo para regularizar la situación y se darán facilidades de pago, pero ha dejado claro que no es partidario de "amnistías". Una vez que concluya ese plazo, se endurecerán de forma "significativa" las sanciones, que serán tanto para el trabajador irregular como para la empresa que le contrató.

A este respecto, ha señalado que los últimos estudios cifraban en España la economía sumergida en un 21 o 22 por ciento, mientras que en Suecia era del 24 por ciento. También ha indicado que es difícil cuantificar en personas los que trabajan en la economía sumergida.

Políticas de empleo

Preguntado por si existen intereses partidistas en las políticas de empleo, ha explicado que hay una discusión sobre si es bueno que estas políticas activas estén en manos distintas que la pasiva de prestación social, que está en las del Estado. "Por ahora nos ha ido bien", ha apuntado al respecto, aunque ha recalcado que las comunidades autónomas tienen otros servicios públicos de empleo y, según cuales, hay quien dedica más o menos esfuerzos y recursos.

Gómez ha incidido en que no se trata de una sintonía entre comunidades y Estado del mismo signo político, ya que, si bien el Principado, gobernada por el PSOE, avanzó más que otras autonomías, también Navarra, que es de diferente partido. Por contra, ha señalado que hay comunidades como Madrid, que son mal ejemplo porque "es la que menos gasta por desempleado en política activa".

"No siempre el color político define lo que se hace", ha apuntado antes de reconocer que el tono general es que sea diferente dependiendo de que gobierne la derecha o la izquierda, aunque "con excepciones", ha aclarado. En su opinión, hay que encontrar una buena fórmula antes que volver a debatir sobre si la política activa debe hacerla la comunidad o el Estado.

Cajas de ahorro

En otro orden de temas, ha apuntado que el gran error de las cajas de ahorro fue que algunas concentraron parte del negocio en el ámbito inmobiliario, de ahí que ahora tengan dificultades, mientras que otras han sido "más sensatas". A este respecto, ha destacado que Cajastur ha sido una entidad "razonablemente sensata que no ha tenido muchas aventuras".

Gómez ha puesto el ejemplo de otras cajas, como Unicaja, que pese a ser de Málaga, centro del turismo y la especulación urbanística según él, no se ha visto muy afectada por el estallido de la burbuja inmobiliaria. En este sentido, ha asegurado que se puede gestionar "bien" el riesgo inmobiliario.

El problema para él, es cómo capitalizar cajas en riesgo porque no tienen recursos, por lo que lo que se hace ahora es crear bancos. Una vez hecho esto, ha indicado que deberían tener mayor capacidad de acceso al mercado y ha señalado que no servirá solo con créditos hipotecarios. Necesitarán, a su juicio, tener capital propio. "Tiene pinta de no cambiar mucho en el futuro la exigencia de capital", ha dicho respecto a las cajas.